De acuerdo a datos publicados por el INEGI, las remesas que envían los connacionales desde el extranjero ascendieron a dos mil 201 millones de dólares en marzo, monto 2.37% menor al del mes similar de 2015.

 

Evaluando el primer trimestre junto con el dato preliminar de crecimiento de la economía de 2.7% anual, las remesas hacia el país sumaron seis mil 215 millones de dólares, que representa un incremento de 8.6% respecto al mismo periodo de 2015, favorecido por la depreciación del peso mexicano. Es necesario destacar que la remesa promedio fue de 293 dólares, inferior a los 297 dólares del mismo lapso de 2015, y el número de operaciones pasó de 19.25 a 21.19 millones; la mayoría de ellas transferencias electrónicas.

 

En el país existen estados muy dependientes de las remesas. Las cinco entidades que más se benefician de estos ingresos al captar 40% del total nacional son: Michoacán (10.4%), Jalisco (9.5%), Guanajuato (8.9%), Estado de México (6.1%) y Puebla (5.5%). En contraste, estados como Baja California Sur, Campeche y Quintana Roo recibieron, en conjunto, menos de 1% de los flujos a nivel nacional.

 

Destaca la Ciudad de México con un incremento anual de 24.7%; el segundo mayor crecimiento de las remesas lo registró Guerrero (17.0%), seguido por Sonora (16.9%), Chihuahua (15.7%) y San Luis Potosí (14.9%).

 

Con base en datos del US Census Bureau, el número de migrantes mexicanos empleados en Estados Unidos sin ciudadanía cayó en 94 mil 233 trabajadores. Sin embargo, la cifra de trabajadores empleados migrantes mexicanos con ciudadanía se incrementó en 400 mil 762. Esto se explica por dos factores: la población migrante mexicana en territorio estadunidense sin ciudadanía está agilizando su trámite para adquirirla en vista a las elecciones presidenciales en dicho país, y los empleadores norteamericanos han mostrado una mayor preferencia para contratar a migrantes legales.

 

Las remesas fueron durante 2015 la principal fuente de divisas en México, superando los ingresos por exportaciones petroleras derivados de la caída en precios del crudo; también superaron al turismo y las cifras de Inversión Extranjera Directa (IED). El impacto que tienen las remesas sobre el Producto Interno Bruto (PIB) es mínimo porque no en todos los lugares se produce dicho efecto. Sin embargo, en algunas comunidades, y para muchas familias, son la única fuente significativa de ingresos.

 

Consideramos que el flujo de remesas continuará mostrando un crecimiento superior a 5% durante el segundo trimestre del año, aunque en un entorno donde la creación promedio de los últimos 12 meses de empleos en Estados Unidos asciende a 224 mil plazas.

 

Dentro de toda esta etapa postcrisis 2007, los años 2010 y 2013 fueron los de menor contribución de remesas. No obstante, a partir de 2013, el crecimiento de éstas ha sido continuo, producto de la recuperación en el crecimiento de la economía y el empleo americano.

 

También la depreciación del peso, en promedio, de 20% en los últimos 12 meses ha contribuido a que en pesos genere un mayor valor para las familias mexicanas que lo reciben.