LA HABANA. “El embargo se va a terminar”, dijo Barack Obama, pero “cuándo no puedo estar demasiado seguro”. En el marco de la histórica gira que el mandatario norteamericano realiza en la isla, hubo tiempo para una conferencia de prensa conjunta -e inusual en el caso de Raúl Castro que rara vez comparece ante medios de comunicación internacionales-, ambos presidentes coincidieron en destacar los avances logrados en los quince meses que han pasado desde el anuncio de la reconciliación pero recordando los importantes obstáculos que aún les separan.

 

Uno de ellos es el embargo, cuyo fin volvió a reclamar Raúl Castro si bien reconoció la disposición de Obama al reclamar repetidamente al Congreso el fin de esa política, que según garantizó el presidente estadounidense “va a terminar”, aunque no aventuró cuando.

 

Obama sostuvo que el hecho de que cerca de 40 legisladores, entre ellos varios republicanos, le acompañen en este viaje a Cuba es una muestra de que existe cada vez más presión dentro del Congreso para poner fin al embargo, vigente desde 1962.

 

Los derechos humanos fue otro de los temas que Obama trató con Castro de forma “muy franca y sincera” y ambos admitieron las “serias diferencias” que les separan en esta materia.

 

El presidente de Cuba rechazó que existan presos políticos en Cuba al desafiar a un periodista que le preguntó por este asunto: “Dame la lista ahora mismo de los presos políticos para soltarlos“, dijo Raúl Castro.

 

Más tarde, la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA) calificó como una “desfachatez” que el presidente cubano, Raúl Castro, haya negado la existencia de presos políticos en la isla y presentó una lista de 47, para los que pidió la libertad inmediata.

 

Por su parte, el Departamento de Estado de EU afirmó que “claramente aún hay personas detenidas por razones políticas” en Cuba. “No sé si tenemos una lista exhaustiva” de presos políticos en Cuba, dijo el portavoz del Departamento de Estado, John Kirby, al ser preguntado por las declaraciones que hizo Castro.

 

El presidente de EU protagonizó una jornada que pasará a la historia, que comenzó ayer en la emblemática Plaza de la Revolución, escenario habitual durante décadas de arengas antiimperialistas de Fidel Castro, pero donde este 21 de marzo ondeó la bandera de las barras y estrellas y se escuchó el himno nacional del antiguo enemigo.

 

Fue en el protocolario acto de homenaje al prócer independentista cubano José Martí, al que Obama brindó una corona de rosas blancas, rojas y azules (los colores de las banderas de Cuba y de EU) y tras el cual el mandatario se saltó el protocolo para hacerse una foto con sus colaboradores con la famosa efigie del revolucionario Ernesto Che Guevara a sus espaldas.

 

El mandatario visitó el Museo del Memorial José Martí y firmó en su libro de honor donde escribió la dedicatoria: “Es para mí un gran honor rendir tributo a José Martí, que dio su vida por la independencia de su patria. Su pasión por la libertad y la autodeterminación sigue viva en el pueblo cubano”.

 

Obama se dirigió caminando al aledaño Palacio de la Revolución, sede del gobierno socialista de la isla, donde fue recibido por Raúl Castro con un apretón de manos y una solemne ceremonia militar en la que el himno de Estados Unidos volvió a sonar por segunda vez.