BRASILIA. El abogado general de la Unión, José Eduardo Cardozo, defendió el posible nombramiento del ex presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva como ministro del Gobierno de Dilma Rousseff.

 

“El gobierno ganaría un gran líder”, dijo Cardozo a periodistas sobre esa posibilidad, que ya ha sido condenada por líderes de la oposición.

 

Según algunos medios brasileños, como el diario O Globo, Lula ya aceptó asumir un cargo en el gobierno de Rousseff, su ahijada política y a quien eligió personalmente como sucesora tras ocho años en el poder.

 

Las conjeturas sobre el nombramiento de Lula han surgido a medida que la severa crisis política que acorrala a Rousseff se ha agravado durante los últimos días, incluyendo las multitudinarias manifestaciones que el pasado domingo exigieron su destitución.

 

Lula, por su parte, enfrenta serios problemas que han llevado a la Fiscalía de Sao Paulo a solicitar su detención preventiva, sobre lo cual la Justicia aún no se ha pronunciado.

 

La Fiscalía de Sao Paulo considera que Lula debe ingresar en prisión por los presuntos delitos de lavado de dinero y falsificación de documentos en relación a un apartamento que está a nombre de una constructora implicada en un caso de corrupción en la petrolera Petrobras.

 

En caso de incorporarse al gobierno en calidad de ministro, Lula pasaría a tener foro privilegiado, con lo que todas las causas en su contra deberían pasar de la Justicia común al Tribunal Supremo.

 

En tanto, el ex candidato presidencial y senador Aécio Neves, líder de la oposición en Brasil, calificó como “mentiras e hilaciones” las acusaciones en su contra del exjefe del oficialismo en el Senado de Brasil Delcídio Amaral en el acuerdo de delación que negoció con la Fiscalía.

 

Amaral, hasta hoy un importante dirigente del oficialista Partido de los Trabajadores (PT), no solo implicó en su delación a la presidenta brasileña y Lula da Silva, sino también a varios políticos, incluyendo el opositor Neves, segundo candidato más votado en las presidenciales de 2014.

 

Entre otras acusaciones, el senador oficialista afirmó que Neves recibía coimas de la estatal eléctrica Furnas; que su familia creó una fundación con sede en Liechtenstein para recibir en el exterior recursos públicos desviados en Brasil y que maniobró en el Senado para evitar que el Banco Rural fuera incluido en una investigación política de corrupción..

 

En su delación, el senador involucra tanto a Rousseff como a Lula en varios casos de corrupción.