El ministro francés de Exteriores, Jean-Marc Ayrault, condenó hoy el bombardeo contra un hospital al que la ONG Médicos Sin Frontears (MSF) proporciona apoyo en la provincia norteña siria de Idleb y lo tachó de “crimen de guerra”.

 

“Los ataques contra las estructuras sanitarias en Siria por parte del régimen o de sus apoyos son inaceptables y deben cesar de inmediato. Constituyen crímenes de guerra”, indicó Ayrault en un comunicado.

 

La instalación a la que MSF apoyaba desde septiembre de 2015 quedó destruida por al menos dos ataques lanzados con un intervalo de unos minutos, lo que ha dejado sin cobertura sanitaria a miles de personas en una zona de guerra.

 

Al menos siete personas fallecieron y otras ocho están desaparecidas por culpa de ese bombardeo, perpetrado supuestamente por fuerzas gubernamentales.

 

París estimó “indispensable” que todas las partes se dispongan a la aplicación “sin demora” de la resolución 2254 del Consejo de Seguridad de la ONU, adoptada por unanimidad el pasado 18 de diciembre y que establece la hoja de ruta para alcanzar una solución política en Siria.

 

En concreto, la resolución que garantiza el suministro de ayuda humanitaria a todas las zonas sitiadas o de difícil acceso.

 

El comunicado consideró igualmente que es “más que urgente” que se pongan en marcha los compromisos para un cese de las hostilidades que se tomaron la semana pasada en la Conferencia de Seguridad de Múnich (MSC).

 

EU duda voluntad de Rusia

 

El Departamento de Estado de EU condenó hoy los ataques de las últimas horas contra varios hospitales en el norte de Siria y expresó dudas sobre la voluntad de Rusia para contribuir al cese de las hostilidades en el país árabe.

 

El portavoz del Departamento de Estado, John Kirby, expresó la condena de EU a los bombardeos efectuados en las últimas horas contra “objetivos civiles inocentes”, entre los que se incluye un hospital infantil y de maternidad en Azaz y un hospital respaldado por Médicos Sin Fronteras (MSF), ambos en el norte de Siria.

 

Los ataques, perpetrados supuestamente por miembros gubernamentales, “levantan dudas sobre la voluntad o habilidad de Siria para ayudar a parar la brutalidad del régimen de Bachar al Asad contra su propia gente”, indicó el portavoz de la diplomacia estadounidense en un comunicado.

 

En su nota, Kirby apuntó como responsable de estos últimos bombardeos a Asad y sus aliados, quienes han perpetrado “ataques, sin causa y sin suficiente consideración de las obligaciones internacionales para proteger vidas inocentes”, pues atacar hospitales en guerra viola la ley internacional humanitaria.

 

Para EU, esta ofensiva “va en contra” de las llamadas unánimes por el fin de la violencia formuladas por Grupo Internacional de Apoyo a Siria, integrado entre otros por EU y Rusia y que en la Conferencia de Seguridad de Múnich (MSC) acordó lograr en una semana el “cese de las hostilidades” en Siria.