El británico Bradley Wiggins, vencedor del Tour 2012, se mostró convencido de que el uso del motor oculto en la bicicleta “existe desde hace tiempo”, idea de la que participa el estadunidense Greg Lemond, tricampeón de la “grande boucle” en los años 80.

 

“Creo que probablemente existe desde hace tiempo. Al menos hace cinco años que se tiene esta sospecha porque han estado revisando las bicicletas. Es la primera que lo han encontrado, pero estoy seguro de que ha ocurrido en el pasado”, señala Wiggins en Cyclingnews.

 

La UCI introdujo un nuevo reglamento a principios de 2015 para perseguir el “fraude tecnológico” a principios de 2015. Sin embargo, el caso de la belga Van den Driessche, en los recientes Mundiales de ciclocross, es la primera evidencia concreta de ese tipo de fraude.

 

Por su parte, Greg Lemond señaló, en el reciente Tour Down Under, su convencimiento del uso del llamado dopaje tecnológico.

 

“Sé que existen motores. He montado en una bicicleta con motor y he hablado de ello con su inventor. Si la gente piensa que no existen, se están engañando a sí mismos. Creo que es una sospecha justificada. Creo que también ha sido utilizado en el pelotón. Parece increíble que alguien lo haga, pero yo sé que es real”, dijo.

 

Para el vencedor del Tour en 1986, 89 y 90 y doble campeón Mundial (83 y 89), se trata “de una manera bastante chocante de engañar” y la UCI debería cortarlo de raíz.

 

La sospecha fue grande en el último Tour de Francia, en el que se realizaron numerosas revisiones, pero sin que se hubiera encontrado ningún artefacto.