GINEBRA. La nueva ronda de negociaciones entre las partes sirias en conflicto comenzarán el próximo viernes lejos de los focos y en un formato flexible, indirecto y lejos de maximalismos para permitir que el mediador de la ONU encuentre puntos de acuerdo con los que avanzar paso a paso en el proceso de paz.

 

“Soy muy consciente del peligro de lo que pasó en Ginebra II, por lo que hay que ser muy cuidadoso”, dijo en rueda de prensa el enviado especial de la ONU, Staffan de Mistura, al recordar que en la sesión inaugural de la segunda gran reunión negociadora, las partes implicadas se acusaron públicamente unas contra las otras, y el proceso fracasó.

 

Es por eso que de Mistura ya adelantó que el próximo viernes no habrá una ceremonia inaugural y que las partes no se encontrarán de hecho en una misma sala, aunque sí estarán todas en el recinto del Palacio de las Naciones Unidas en Ginebra.

 

De Mistura afirmó que hoy enviará las invitaciones a los participantes aunque no ha querido precisar a quién invitará y a quién no, al tiempo que subrayó que aún está abierto el debate sobre qué grupo es considerado terrorista y cuál no.

 

Damasco y Moscú han repetido que no van a aceptar como interlocutores a grupos que ellos consideran terroristas.

 

De Mistura indicó que si bien el objetivo es que el proceso dure medio año, la primera parte de las negociaciones se alargará durante dos o tres semanas y después se suspenderán para que los participantes puedan consultar con sus respectivas bases.

 

Con respecto al formato, De Mistura dijo que las consultas deben regirse por el lema de ser “lo más flexibles y creativos posible”, y anunció que por ahora no se ha decidido exactamente cómo serán, sino que se adaptará en función de cómo el proceso avance.

 

Según datos de la ONU, en casi cinco años de guerra, han muerto en Siria 2600, 00 personas y más de 12 millones de sirios, entre ellos 5.5 millones de niños, necesiten asistencia humanitaria inmediata.