Estado Islámico. Caricaturas. Peronismo. Putin. Refugiados. Internet. Narcotráfico. Bachar al Asad. Futbol. Himno. Fanatismo. Jimmy Morales. Imputados. Al Baghdadi. Inflación. Cómico. Prisión. Aylan Kurdi. Podemos. Independencia. Tsipras. Cuba. Obama. Trump. Espionaje. Lilian Tintori. OTAN. Autoritarismo. Houellebecq. Irán.

 

Algunas de las palabras del enorme rompecabezas llamado 2015; algunos de los protagonistas que modificaron el destino del planeta, ya sea por ambición política pero también por el intento de buscar oportunidades; por venganza pero también por encontrar la paz.

 

El millón de refugiados que llegaron a Europa procedentes principalmente de Siria son los personajes del año; Vladimir Putin es el mandatario que mejor jugó el ajedrez geoestratégico; el Estado Islámico desdibujó el mapa de Oriente Medio; la fotografía del niño Aylan Kurdi sin vida sobre una playa turca llegó a los escritorios de todos los diplomáticos del mundo y a todas las pantallas de televisión, de celulares y de tabletas del planeta. Después de 250 mil muertos y de tres mil ahogados en las aguas del Mediterráneo, el mundo comenzó a enterarse de la guerra civil en Siria, reforzada por el demencial objetivo de un ejército yihadista: restablecer el califato entre Irak y Siria que los mongoles arrasaron sobre el año 1250.

 

El año 2015 comenzó en la sala de juntas de Charlie Hebdo y concluyó muy cerca de la esteticista Place des Vosges, ambas escenas en París. El odio, el fanatismo y la muerte sustituyeron a la libertad, la igualdad y la fraternidad. La novela Sumisión (que trata sobre la amenaza islamista en Europa), del francés Michel Houellebecq, llegó a librerías el día de horror para Charlie Hebdo. En contra de lo que decía Borges, el azar no fue generoso.

 

Vladimir Putin logró una alianza con François Hollande en contra del Estado Islámico. Una alianza de dos medallas de oro. La primera: convenció al mandatario francés de no sacar del poder al presidente sirio Al Asad. La segunda: envió el mensaje a Obama y a la Unión Europea de que él, Putin, es necesario para resolver algunos de los problemas globales, no sólo en Siria, también en Irán.

 

Guatemala fue el ejemplo para todos los países latinoamericanos. Con el apoyo de Naciones Unidas, el Ministerio Público de nuestro país vecino cercó al presidente Otto Pérez Molina, después le quitó la banda para, finalmente, trasladarlo a la cárcel. Entre el río revuelto el cómico Jimmy Morales llega a la presidencia.

 

Donald Trump trastocó la campaña de los aspirantes presidenciales del Partido Republicano. De lengua fácil, experto en mercadotecnia y con la ambición de incrementar el valor de su nombre de marca, Trump reveló las debilidades de sus contrincantes. Frente a la realidad que impondrá 2016, año de elecciones presidenciales en Estados Unidos, Trump le dará, poco a poco, la espalda.

 

Estados Unidos está mas cerca de Cuba. Obama sortea el muro de congresistas republicanos que le niegan el fin del embargo, utilizando a Netflix, líneas aéreas y el soft power que va desde partidos de futbol del equipo Cosmos de Nueva York hasta visitas banales a la isla como la de Paris Hilton.

 

Mariano Rajoy no brinda con champán la victoria de su partido porque detrás del nuevo multipartidismo español se esconde la venganza. No será presidente.

 

El griego Alex Tsipras dejó la retórica anti euro para convertirse en alumno con estrella en la frente de la Unión Europea.

 

Cristina Fernández se despide de la presidencia argentina con el berrinche de no aceptar el protocolo de investidura que Mauricio Macri le pidió. Desde México y hasta Nigeria se observa el fuego venezolano. Sus vecinos no dicen nada respecto a los presos políticos de Nicolás Maduro. Que continúe el fuego. Macri habla y lo tachan de injerencista. Parecen los tiempo de don Venustiano Carranza: si el mundo no existe entonces lo mejor no es voltear hacia el fuego venezolano.

 

Una despedida adelantada.