PEKÍN. Los equipos de rescate que trabajan en Shenzhen, la ciudad del sur de China donde el derrumbe de una montaña de escombros enterró el domingo a decenas de personas, han recuperado por ahora sólo un cadáver, mientras arrecian las críticas por detener las labores de búsqueda durante la pasada noche.

 

Las autoridades calculan que unas 76 personas están enterradas en la enorme masa de tierra y escombros que devastó unas 38 hectáreas del parque industrial Hengtaiyu, pero después de más de 48 horas de búsqueda, en la que trabajan unas tres mil personas, sólo se han encontrado siete supervivientes y un fallecido.

 

Entre tanto, aumentan las críticas a las autoridades de Shenzhen, ya que el desprendimiento se produjo en una zona de depósito de escombros que por problemas de exceso de capacidad debería haber dejado de usarse en febrero de este año.

 

El diario China Business Journal señaló que los vecinos de la zona se habían quejado en meses pasados del continuo flujo de camiones para depositar escombros en la zona, causando ruido, contaminación del aire y poniendo en riesgo el lugar, pero que las autoridades habían hecho caso omiso a esas quejas.

 

Medios chinos como el Global Times apuntan responsabilidades hacia la firma de construcción Luwei Property, que operaba desde 2013 la escombrera, mientras las autoridades de Shenzhen han ordenado inspeccionar otros siete depósitos similares para analizar posibles riesgos.