Las del domingo serán las elecciones más competidas en la historia de la democracia española.

 

Ningún partido obtendrá más del 30% de los votos, es decir, no tendrá el número de escaños suficientes para gobernar en solitario (así lo proyectan varios estudios demoscópicos).

 

El domingo concluirá de manera oficial el bipartidismo, representado por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y el Partido Popular (PP). En las últimas encuestas, la diferencia entre el primer lugar en intención de voto y el cuarto sólo es de siete puntos porcentuales; tres de los cuatro partidos se encuentran en un margen al que se le puede calificar de empate técnico.

 

PP y PSOE se perfilan ante un nuevo capítulo de la política; los partidos Podemos y Ciudadanos reflejan el movimiento del mapa demográfico, donde las ideologías ortodoxas están sufriendo el fenómeno de deshielo.

 

La crisis económica a la que no pudo anticiparse el PSOE del entonces presidente Zapatero (2010) provocó el nacimiento de Podemos. Brazo político del movimiento de los Indignados, Podemos cubrió el espacio desprotegido por el PSOE debido a que durante la última década, las agendas económicas de los socialistas y el PP, convergieron en las propuestas de la Comisión Europea. Los matices entre ambas formaciones políticas fueron colocados en el centro del espectro ideológico, dejando a un lado los dos temas que colapsaron la estructura social española: los embargos hipotecarios y la revelación de decenas de casos de corrupción entre integrantes de la clase política. El caso de corrupción más emblemático, el de Rodrigo Rato, presidente de Caja Bankia, una institución conformada a partir de fusiones y adquisiciones de importantes entes, el principal: Caja Madrid. Rato, quien también fue director ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) y vicepresidente de José María Aznar, autorizó el uso de tarjetas a ejecutivos de Bankia con dinero negro, es decir, sin declararlo ante Hacienda, y por otra parte, depositó en paraísos fiscales parte de su fortuna sin declararla ante Hacienda.

 

En esos momentos, decenas de embargos dejaban a españoles en la calle. Podemos logró articular un mensaje lo suficientemente potente para que calara entre los españoles: los bancos se quedan con departamentos vacíos mientras que Rato derrocha fondos bancarios. Recordemos que España recibió 41 mil millones de euros de la Unión Europea para salvar a los bancos de la quiebra. Los sentimientos de hartazgo tomaron forma en Podemos.

 

Podemos asaltó el mapa electoral en mayo del año pasado, durante las elecciones de parlamentarios europeos (Estrasburgo), convirtiéndose en el partido español con mayor número de votos.

 

Ciudadanos nació hace 10 años en Barcelona ante la debilidad del PP en la autonomía catalana. Recordemos que fue José María Aznar quien inauguró la política de desdén hacia Cataluña, hoy replicada por Rajoy. Pero fue el año pasado cuando Ciudadanos, en la figura juvenil de Albert Rivera, decidió desdoblarse en toda España, aprovechando las movidas aguas que provocó el nacimiento de Podemos.

 

PP y PSOE ya perdieron su apoyo entre millones de jóvenes que ya no se identifican con los tics conservadores de los partidos de siempre. Así lo demuestra la nueva demografía tuitera. De acuerdo con un estudio elaborado por la empresa Kantar para el periódico La Vanguardia, Pablo Iglesias (Podemos) es el político más citado durante la campaña (450 mil mensajes). En segundo nivel aparece Albert Rivera (Ciudadanos) con 356 mil tuits. Rajoy y Sánchez quedan relegados.

 

En efecto, las del domingo serán las elecciones más emocionantes que se recuerden en España.

 

Si el Barcelona y el Real Madrid se han repartido el mayor número de títulos en España, el PSOE y el PP tendrán que aprender a compartir los títulos con Podemos y Ciudadanos. Lo veremos el lunes por la mañana. Momento en que el PP y el PSOE se hincarán ante Ciudadanos y Podemos para pedirles su apoyo para formar gobierno.