MADRID. Un solitario gol de Karim Benzema dio la victoria al Real Madrid ante el Granada, que planteó un choque atrevido en el Santiago Bernabéu y estuvo a punto de arañar un punto ante un rival que chocó con el muro de Keylor Navas, otra vez muy acertado en los momentos clave de los partidos del conjunto blanco.

 

 

En realidad, fue el día de los porteros, porque Andrés Fernández tampoco se quedó atrás en sus acciones. El Granada se mantuvo con vida gracias a su guardameta como lo hizo el Real Madrid gracias al suyo. Por eso, el choque se decidió con un detalle, el de Benzema y el de Isco, que dio una gran asistencia al francés para abrir la lata en la segunda parte.

 

Y eso que los últimos paseos del Real Madrid ante Betis, Espanyol y Shakhtar Donetsk presagiaban otro choque sencillo frente al Granada, que tenía pinta de ser la siguiente víctima de la apisonadora madridista. Los blancos no dejan de sumar goles que significan récords para Cristiano Ronaldo y hoy esperaban otro marcador de escándalo.

 

Sin embargo, José Ramón Sandoval planteó a su rival un partido muy valiente, adelantando sus líneas para presionar muy arriba al Real Madrid. Fue un acto tremendamente generoso para un equipo teóricamente menor que evitó hacer lo que hacen muchos de los que pasan por el Santiago Bernabéu: encerrarse en su campo esperando un premio.

 

Esa situación tal vez sorprendió a Benítez, que apostó por Lucas Vázquez para sustituir al lesionado Gareth Bale y por un dibujo en el que Cristiano y Karim Benzema se colocaron en la punta en un claro 4-4-2 clásico. Parece que el técnico del Real Madrid quiere definitivamente que su jugador franquicia sea un animal del área.

 

Tal vez sea esa la mejor solución ahora y en el futuro, cuando vuelva Bale. Cristiano lo remata todo y si se dedica exclusivamente a eso, sus números podrían engrandecerse aún más de lo que ya sorprenden cuando antes del choque estaba a solo tres dianas de superar a Raúl González como máximo goleador de la historia del Real Madrid.

 

Con el Granada en plan valiente, el equipo de Benítez contó con espacios para sacar algunas oportunidades con las que contrarrestar las que tuvo el conjunto andaluz en la primera parte. En realidad, el juego irregular del Real Madrid, junto al atrevimiento granadino, provocó una sucesión de ocasiones con los porteros como protagonistas.

 

Sobre todo Andrés Fernández, que despejó un mano a mano ante Cristiano, un remate a bocajarro de Lucas Vázquez tras no atrapar un lanzamiento de falta del portugués y un disparo de Luka Modric llegando desde atrás.

 

Si el meta del Granada salvó a su equipo de irse con un gol en contra al descanso, también tuvo su cuota de protagonismo Keylor Navas, que también intervino con éxito ante un remate de Isaac Succes. Esa ocasión, y un gol anulado a El-Arabi, asustaron al público del Bernabéu, que se impacientó tras dos fallos infantiles de Raphael Varane y de Dani Carvajal antes del paso por vestuarios.

 

La reanudación volvió a plantear un guión similar, con el Granada empeñado en engrandecer el orgullo de los equipos humildes frente al Real Madrid, obsesionado con un cronómetro que comenzaba a correr en contra de los intereses madridistas.