A un año de la muerte de Robin Williams, su viuda (y tercera esposa) y sus hijos no se pueden poner de acuerdo acerca de la herencia del actor, quien se ahorcó el 11 de agosto de 2014, a los 63 años de edad, tras padecer una severa depresión.

 

Su fallecimiento inició una agria disputa entre su viuda, Susan Schneider, y sus hijos de anteriores relaciones, Zachary, Zelda y Cody, por centenares de objetos pertenecientes al actor y los fondos de la herencia.

 

De no ponerse de acuerdo, las partes involucradas podrían acabar enfrentándose en los tribunales.