No obstante que las condiciones actuales del Sistema de Transporte Colectivo (STC) son obsoletas, y los trenes presentan múltiples deficiencias y fallas, su director, Jorge Gaviño, descartó que el Metro sea una zona de riesgo para los usuarios.

 

Incluso, fue más allá y aseguró que el Metro de la Ciudad de México —ubicado entre los cuatro más grandes del mundo— es el sistema de transporte más seguro de la capital.

 

Lo anterior lo dijo al presentar el diagnóstico sobre las condiciones actuales del Metro, el cual se comprometió a elaborar luego de que fue nombrado director del STC en relevo de Joel Ortega.

 

Gaviño Ambriz, quien fue diputado local y presidente de la Comisión que investigó la Línea 12 del Metro, dijo que los problemas y deficiencias detectadas no ponen en riesgo la seguridad de los usuarios, sino sólo el servicio.

 

“El deterioro que tiene el sistema es funcional, no de seguridad. El Metro de ninguna manera es una zona de riesgo, pero se estaba afectando la operación”, enfatizó en conferencia el director del STC.

 

Sobre las convoyes, Gaviño Ambriz justificó: “los trenes nuevos también fallan, y es normal, nada más que hay un periodo de fallas y a medida que no se le van dando mantenimiento cada vez van fallando más”.

 

Y enfatizó: “sigue siendo el Metro un sistema seguro para el usuario, no tenemos de ninguna manera una situación de inseguridad, hay fallas que nos están implicando la funcionalidad, por ejemplo el sistema de puertas”.

 

Percances

 

El pasado 4 de mayo se registró un choque por alcance de trenes en la estación Oceanía de la Línea 5, hecho que dejó 12 personas lesionadas y un trabajador del Metro muerto en las labores de remoción posteriores al impacto.

 

En ese entonces se reveló que el tren que impactó a otro por atrás ya había presentado varias fallas en días previos al accidente e incluso fue parte del programa de recuperación de convoyes.

 

Como publicó 24 HORAS en días posteriores al choque, el accidente exhibió no sólo las condiciones en las que circulan los trenes, sino también las anomalías por parte de los reguladores del área del Tablero de Control Óptico del Puesto Central de Control, considerado el cerebro del Metro.

 

Fallas como la ausencia de monitoreo del tránsito de los trenes, descuido al momento de registrar los reportes de incidentes en las bitácoras y falta de relevo entre reguladores fue lo que se halló tras la revisión de los documentos que se anexaron al dictamen del choque.