Los jugadores de Pachuca imitaron el sonido de simios, mientras el árbitro Adalid Maganda Villalba pasaba a su vestidor a recoger la alineación previo al partido contra Atlante, correspondiente a la Copa MX.

 

El árbitro salió molesto, le reportó la situación al juez central del encuentro, Uriel Olvera, para que éste a su vez, trasmitiera un reporte a los altos mandos de la Comisión de Arbitraje.

 

Pero según el diario Récord, que recoge declaraciones del ex árbitro y ahora comentarista, Felipe Ramos Rizo, quien asegura que obligaron al cuerpo arbitral a no reportar el incidente.

 

“Que el joven Adalid tenga la instrucción de no hablar, de quedarse callado y de que todo esto se quede oculto para no afectar a los que dirigen al arbitraje, al equipo.

 

“ Es un ser humano que requiere el apoyo de la Asociación de Árbitros, la Comisión y la propia Federación y me parece absurdo que soliciten total silencio a los árbitros, que no hablen de este tema y hayan omitido esto en la cédula”, señala Ramos Rizo.

 

Sus “jefes” no lo dejan hablar

 

En tanto, cuando  Maganda  Villalba fue contactado por la cadena ESPN para que explicara el suceso, adujo que sus “jefes” tienen que “autorizar” a dar declaraciones a los medios.

 

Por eso no rechazó, ni tampoco desmintió que el hecho de racismo hubiera sucedió en el estadio Andrés Quintana Roo.