BRASILIA. En medio de una crisis de popularidad y pedido de juicio político en puerta, la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, dio una entrevista para mostrarse fuerte, asegurar que no va a “caer”, como aseguran algunos opositores, e incluso desmintió rumores de intentos de suicidio.

 

“No voy a caer. No voy, no voy. Eso es fácil, es lucha política. Las personas caen cuando están dispuestas a caer y yo no lo estoy. No hay base para ello”, advirtió la jefa de Estado, quien asumió su segundo mandato el pasado 1 de enero.

 

En los últimos meses, sectores de la oposición liderados por el ex presidente  Fernando Henrique Cardoso, y una triada de senadores: Aécio Neves, José Serra y Aloyzio Nunes Ferreira, dieron como cierta la caída de la presidenta, por su “baja” popularidad (10%) y la convocatoria a nuevas elecciones antes de 2018 a raíz de los casos de corrupción en la petrolera estatal Petrobras por el que son investigados medio centenar de políticos.

 

“Si hay una cosa a la que no le tengo miedo es a eso (a la destitución). No cuentes con que me vaya a poner nerviosa, con miedo. No me atemorizan”, subrayó la gobernante.

 

Rousseff acusó a ciertos sectores de la oposición de ser “un tanto golpistas” y recordó que, para “tirar” a un presidente, “hay que explicar por qué lo van a tirar”.

 

“Confundieron los deseos con la realidad”, añadió.

 

La presidenta brasileña también abordó los rumores de suicidio que semanas atrás se deslizaron por las redes sociales y recordó que ni tan siquiera cuando fue torturada por la dictadura pensó en quitarse la vida.

 

“El otro día publicaron que habría intentado suicidarme, que estaba traumadísima. No apuesten a eso”, señaló la jefa de Estado en una entrevista con el diario

 

“Fue cien mil veces peor estar presa y ser torturada. Vivimos en una democracia”, continuó la presidenta, una ex guerrillera izquierdista que estuvo presa durante la dictadura militar (1964-85).

 

“Si no quise suicidarme cuando querían matarme [durante la prisión militar], ¿por qué habría de hacerlo ahora?”, remarcó.

 

Además, la presidenta se refirió a las críticas del ex presidente Lula Da Silva, su padrino político, quien recientemente se sumó a las críticas contra Dilma al decir que estaba en “volumen muerto”. “Respeto mucho al presidente Lula. Tiene todo el derecho de decir donde está él y dónde cree que estoy. Pero no me siento en volumen muerto. Estoy luchando incansablemente para superar un momento bastante difícil en la vida del país”, expresó.

 

“Voy a defender mi mandato con uñas y dientes, y nada va a quedar sin respuesta” en las investigaciones del “petrolão”, continuó Rousseff. Además dijo que “obvio” que ella no tiene nada que ver con la red de corrupción. “¿Van a probar que algún día tomé un centavo? Quiero ver que alguno lo pruebe. Todo el mundo en este país sabe que no”, dijo.