Su belleza es equiparable a su talento, el cual en únicamente cuatro años ha conquistado a Hollywood, que la ha adoptado como su nueva consentida. Dueña de una presencia física que recuerda a grandes de la llamada Época de Oro de La Meca del cine como Ingrid Bergman o Katherine Hepburn, Margot Elise Robbie ha conquistado a propios y extraños.

Con apenas 24 años de edad, Robbie parece mucho más madura, lo que le ha permitido entrar con el pie derecho al mundo del espectáculo en EU, tras haber debutado en 2008 en su natal Australia en la serie televisiva Neighbours. Su aspecto y frescura la llevaron a estrenarse en la TV de la Unión Americana con la serie Pan Am, en la que dio vida a la azafata Laura Cameron, pero su gran despunte comenzó cuando se convirtió en la pareja fílmica de Leonardo DiCaprio en El lobo de Wall Street, de Martin Scorsese, donde más allá de aparecer desnuda en varias escenas, dio muestras de que es capaz de ponerse al tú por tú con cualquier estrella.

Y eso lo repite actualmente en la cinta Focus: Maestros de la Estafa, dirigida por Glenn Ficarra y John Requa, en la que no duda en robarle cámara a otra superestrella de Hollywood como Will Smith con su personaje de Jess Barrett, una inexperta estafadora que pretende seducir al personaje de Smith, Nicky Spurgeon, un maestro en ese sentido.

 

En entrevista proporcionada por Warner Bros. Pictures, Robbie comparte su experiencia en este filme de acción y suspenso que hoy llega a la cartelera.

 

¿Cómo fue tu audición?

Curiosa, porque meses antes me había reunido con los directores y no había pasado nada, así que pensé que no me había quedado. Y me fui de viaje, lejos de la civilización, cuando un día recibo una llamada y me preguntan qué cuándo podía estar en Nueva York. Así que entré en pánico, aventé mi ropa en mi maleta y quién sabe cómo le hice, pero llegué a París para de ahí poder volar a Nueva York. Cuando llegué, mi equipaje se había perdido, así que fui a la audición con lo que traía puesto, habiendo dormido sólo seis horas en dos días, pero tenía que llegar a la audición. Compré una playera en el camino y cuando llegué a la misma les dije: “Es una larga historia, pero sepan que me puedo ver mucho mejor”. Al día siguiente me hablaron para avisarme que me había quedado con el papel.

 

¿Cómo fue trabajar con Will Smith?

Sorprendente, la verdad es que la pasamos muy bien. Aunque todo estaba en el guion, los directores nos dieron mucha libertad para improvisar, y me encanta trabajar de esa manera. Te mantiene fresco y a veces te hace lograr y vivir momentos dorados que de otra forma no conseguirías.

Fue un ambiente de trabajo muy divertido. Hay algunas escenas que son graciosas, y como Will es muy chistoso, era muy difícil mantener una cara seria. Hacia el final de la cinta los personajes tienen que enfrentar varias realidades que son duras, pero en el medio hubo momentos verdaderamente hilarantes. Esa experiencia de tener varios cambios en el tono de la actuación es lo que reta a un actor.

 

¿Cómo describirías a tu personaje, Jess?

Lo que amé de ella es que sí tiene una evolución a lo largo de la película. Cuando la conoces es una carterista amateur que le pide al personaje de Will Smith, Nicky, que sea su mentor en el mundo de las estafas. Ella tiene actitud, pero es un tanto ingenua en cuanto a que es una chica adoptiva de Nueva York. Así que Nicky la toma de alumna y le enseña todo lo que sabe, lo que la emociona mucho.

No quiero revelar mucho porque hay algunos giros en la historia, pero cuando ves a Jess más adelante, ella ha cambiado. Entiende que le rompieron el corazón y eso la ha hecho más dura, se vuelve una persona diferente a la que era al principio del filme.

 

¿Qué tanto aprendiste del mundo de los estafadores?

El primer nombre que me vino a la mente para hacer mi investigación fue el de Apollo Robbins, quien resulta que era uno de los consultores del proyecto. Así que pasé horas y horas ‘entrenando’ con él, lo cual fue una experiencia, pues su experiencia en ese mundo y como consultor de seguridad va más allá de lo mecánico, enfocándose más en lo psicológico, en cómo lograr estafar a la gente sin que seas detectado.

 

En el elenco también está Rodrigo Santoro. ¿Cómo fue trabajar con él?

Creo que soy la envidia de muchas mujeres por haber trabajado con él, pero su personaje en realidad aparece más tarde en el filme, así que la mayoría de mis escenas fueron con Will. Pero cuando fuimos a Argentina a rodar, lo que me llamó la atención es que su personaje, Garriga, es muy frío, pero Rodrigo es adorable.

 

¿La pasaste bien filmando en Buenos Aires o Nueva Orleáns?

Nunca había viajado a Argentina, así que fue genial poder estar en Buenos Aires y conocer algo del país. Y Nueva Orleáns es increíble. Cuando me mudé a Estados Unidos esa ciudad estaba en mi lista de prioridades para conocer, así que filmar ahí fue maravilloso. Se siente como un pueblo pequeño, pero hay muchas cosas pasando todo el tiempo. Me encantó.