KIEV. El ataque con fuego de artillería perpetrado contra una parada de transporte público en la prorrusa Donetsk dejó al menos 15 muertos, mientras las fuerzas ucranianas cedieron posiciones en el estratégico aeropuerto tras varios meses de enconada resistencia.

 

Eran las 8:30 de la mañana local cuando un proyectil impactó contra la parada, frente a la que se encontraba un trolebús y un número indeterminado de pasajeros y transeúntes, una veintena de los cuales resultaron heridos.

 

De inmediato, el jefe de la “república popular de Donetsk”, Alexandr Zajárchenko, aseguró que el ataque había sido obra de las fuerzas gubernamentales.

 

En represalia, horas después el propio Zajárchenko ordenó pasear por las calles de la ciudad a los 18 soldados ucranianos hechos prisioneros en la batalla por el control del aeropuerto para su escarnio público, unas crudas escenas cubiertas profusamente por la televisión rusa.

 

Uno de ellos, supuestamente el oficial de más alto rango de los “ciborg” -como son conocidos los soldados ucranianos apostados en el aeropuerto-, fue trasladado hasta la misma parada, donde fue humillado y golpeado por la multitud.

 

En cambio, el mando militar ucraniano culpó de la tragedia a los milicianos rebeldes, aduciendo que las fuerzas gubernamentales se encuentran desplegadas a 15 kilómetros del lugar del siniestro.

 

Según los voceros rebeldes, otros once civiles murieron durante la noche en los bombardeos gubernamentales contra Górlovka, otra de sus principales plazas fuertes en Donetsk.

 

Mientras, Kiev reconoció que se vio obligado a abandonar sus posiciones en el aeropuerto, donde sus tropas resistieron desde el verano pesado los incesantes ataques de las milicias insurgentes, un duro golpe para la moral de las fuerzas gubernamentales.

 

“La epopeya de su defensa duró 242 días. Los soldados ucranianos resistieron en unas condiciones en las que defenderse es prácticamente imposible”, escribió “Azov” en su Facebook.

 

Durante la noche del miércoles en Berlín los ministros de Exteriores de Alemania, Rusia, Ucrania y Francia acordaron la retirada de armas pesadas de la zona en crisis. “Por un lado tenemos que ir a las negociaciones pero por otro la cúpula de Kiev hace todo lo posible para romper el proceso de paz”, recordó el líder separatista Denis Pushilin.