Derivado de la reforma fiscal de 2014, el sector de la silvicultura ha perdido más de ocho mil plazas laborales porque las empresas sufrieron un aumento en la carga impositiva al no tener acceso a facturas digitales, informó el Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible (CCMSS).

 

El problema radica en que los aserraderos sufren para conseguir la factura electrónica por parte de sus proveedores, los cuales normalmente son pequeñas empresas rurales que no cuentan con el sistema requerido por la Secretaría de Hacienda, y por lo tanto no pueden deducir sus gastos.

 

“En la Sierra norte de Oaxaca, en Durango, Chihuahua, Michoacán y Quintana Roo sabemos que entre 10 y 15 industrias grandes están sufriendo este problema, estamos hablando que se perdieron 800 empleos en cada una, por lo menos”, explicó Iván Zúñiga, coordinador de políticas públicas del CCMSS.

 

En México, la producción anual de madera es de cinco millones 200 mil metros cúbicos, cifra que en los últimos siete años se mantiene estática, a pesar de que el presupuesto para la Comisión Nacional Forestal se triplicó, debido a la burocracia para acceder a los programas federales.