COPENHAGUE. El dibujante danés Kurt Westergaard, autor de una famosa caricatura de Mahoma con un turbante-bomba, mostró hoy su consternación por el atentado contra el semanario francés Charlie Hebdo, mientras la redacción de Jyllands-Posten, que publicó su dibujo en 2005, reforzaba la seguridad de su sede.

 

Westergaard calificó de “terrorífico” el ataque y afirmó que él y los dibujantes de Charlie Hebdo tienen un destino común, en referencia al atentado que sufrió hace cuatro años.

 

Un somalí residente en Dinamarca, luego condenado a 10 años de prisión, entró a hachazos en su casa en Viby, al oeste del país, la noche del 1 de enero de 2010, aunque el dibujante pudo refugiarse en su baño y llamar a la policía.

 

Westergaard recordó hoy a la televisión pública danesa DR que dos dibujantes del semanario francés, que reprodujo las caricaturas de Jyllands-Posten, lo visitaron en su casa hace unos años.

 

“Tienen unos dibujos satíricos muy ácidos y vigilan a las fuerzas autoritarias. Les da igual si son islamistas, católicos o políticos”, afirmó el caricaturista danés, que defendió el derecho a la crítica de Charlie Hebdo en una sociedad democrática.

 

El dibujante, de 79 años, rechazó que el atentado contra Charlie Hebdo, en el que murieron al menos 12 personas, vaya a provocar un cambio en su situación personal.

 

“Durante años he dejado el tema de mi seguridad al PET (servicios de inteligencia daneses) y se ha encargado de que viva tranquilo y seguro. Estoy convencido de que seguiré haciéndolo”, afirmó.

 

Las viñetas de Jyllands-Posten, donde Westergaard dejó de trabajar hace cuatro años, provocaron meses después de su publicación fuertes protestas en el mundo islámico, con disturbios en varios países y un boicot comercial a productos daneses.

 

Este diario ha sufrido varios intentos de atentado en los últimos años, todos abortados por la policía danesa.

 

La dirección del periódico informó hoy a sus trabajadores en un correo electrónico interno que ha aumentado las medidas de seguridad en sus redacciones en Viby y en Copenhague, según la agencia danesa Ritzau, aunque el diario no ha querido confirmarlo.  DM