MADRID. Fernando Torres, cuya vuelta al Atlético de Madrid quedará resuelta en breve, se reencontrará con un equipo muy distinto del que salió en el verano de 2007, un conjunto que ha crecido en ese tiempo hasta los máximos niveles, en una evolución continua que ha incluido siete títulos en los últimos cuatro años.

 

Una transformación evidente en el conjunto rojiblanco de aquel equipo que finalizó el campeonato en la séptima posición, en el último curso de Fernando Torres en él, sin conseguir el objetivo marcado de entrar en competición europea, al bloque ganador y que suma éxitos de forma prácticamente imparable en la actualidad.

 

Siete años y medio de tiempo y mucha más distancia aún en la evolución deportiva del equipo entre 2007 y la actualidad, sobre todo desde la llegada del argentino Diego Simeone el banquillo del Atlético, el motor de un cambio que ha impulsado al club a las cotas más altas, a lugares inimaginables hace siete temporadas, con un Liga y Supercopa europeas, una Copa del Rey, Liga y Supercopa de España y subcampeones vigentes de la Liga de Campeones.

 

Nada que ver con los cinco años inmediatamente posteriores a su regreso a Primera División, en esa persecución casi enfermiza e inalcanzable de una plaza en competición europea que siguió a su vuelta a la máxima categoría para la campaña 2002-03, con cambio anual de técnico e infinidad de fichajes.

 

Ahora, el Atlético de Madrid luce un digno lugar para el lucimiento de su estrella añorada en los años crepusculares de su carrera.