Lukánikos, el perro que en 2011 se convirtió en la mascota de las manifestaciones contra el programa de ajuste draconiano impuesto a Grecia, continúa viviendo en las calles de Atenas.

 

El artista Billy Gee es quien da vida al perro en un mural con la frase “Todos los perros van al cielo”.

 

El pasado 9 de octubre, Lukánikos murió de un fallo cardiaco a los 10 años de dad. Color canela, este perro ganó notoriedad internacional a comienzos del verano de 2011, cuando decenas de miles de manifestantes asediaban a diario el Parlamento griego que, ante el fracaso del primer plan de rescate del país, adoptado en mayo de 2010, preparaba la adopción de una serie de medidas aún más dolorosas.

 

Lukánikos (“salchicha” en griego), que desde 2008 se había instalado en la emblemática plaza de Syntagma, frente al Parlamento, había decidido desde el primer día quiénes eran sus amigos: los manifestantes. DE

 

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Foto: AP