GUADALAJARA, Jalisco. Guadalajara es de Atlas; al menos así será durante el resto del Apertura 2014, o mientras Chivas sufre la cirugía reconstructiva que le promete Néstor de la Torre, nuevo presidente del equipo, sumado a la inminente incorporación de José Manuel de la Torre, dupla que los llevó al único éxito en la era de Jorge Vergara como dueño, pero que ayer sólo pudo atestiguar una caída más de Chivas por la mínima diferencia ante el rival más enconado en la ciudad en un duelo que no pudo salvar ni el refresco de Ramón Morales en el banquillo rojiblanco.

 

Suele pasar en los clásicos, la diferencia entre el segundo lugar que ocupan los rojinegros y el décimo sexto de Chivas no se notó, ni en el juego, ni en el marcador. Guadalajara incluso llegó a mostrarse un tanto más ordenado, aunque con las fallas que le han atormentado durante toda la campaña, las mismas que detonaron en la salida de Bustos del banquillo apenas el jueves pasado.

 

Desconcentraciones en el balón al área es el mayor pecado de los rojiblancos; así cayó el único gol del partido. El remate de Enrique Pérez al minuto 24 fue en medio de una zaga que no atina a encontrar sus marcas, y fue sólo uno porque más tarde, los rojinegros se perdieron una más que terminó por encima del arco defendido por Toño Rodríguez, quien dicho sea de paso, no es la primera vez que mantiene al rebaño en el partido gracias a sus atajadas.

 

¿Y la ofensiva de Chivas?, simplemente inofensiva, igual si hablamos de Ángel Reyna, Omar Bravo, Arce, Nápoles, Fierro, no importa la fórmula, el resultado es el mismo, un equipo que no tiene pegada, que no sabe marcar, que cuando recibe el refresco de la banca en Aldo de Nigris y Giovani Hernández padece igual por su falta de contundencia.

 

Una avioneta con un mensaje en tela blanca sobrevoló ayer el Ominilife: “GDL es de Atlas”, de momento no puede ser de otra forma, lo dicen de manera clara los números. Los Zorros son segundos del campeonato con 24 puntos, 14 más de los que tienen las Chivas sumidas hasta el lugar 16 en lo que a puntos se refiere y en el escalón 15 en la porcentual.

 

Lo mejor para el chiverío, que en el horizonte inmediato aparece Néstor de la Torre en una volátil presidencia, un hombre que ya supo llevarlos al éxito deportivo, antes de que Vergara le pasara por la guillotina, lo mismo para el Chepo de la Torre, un técnico que sabe el camino, siempre y cuando Vergara permita a ambos trabajar, como a nadie, prácticamente, ha dejado en un equipo que al menos ayer tiene que admitir que la Perla tapatía, de momento, pertenece a los rojinegros.