DONETSK, Ucrania. La frágil tregua decretada hace dos días en el este de Ucrania corre el riesgo de seguir los pasos del anterior alto el fuego, levantado tras diez días de continuas violaciones por los dos bandos, si se registran nuevos choques armados como los que han tenido lugar en las últimas horas en toda la región de Donetsk.

 

Fuertes explosiones retumbaron a primeras horas en las afueras de la principal ciudad en poder de los rebeldes en el este de Ucrania, cerca de un aeropuerto.

 

Los estruendos tenían la fuerza suficiente para escucharse en el centro de Donetsk y provenían de la zona cercana al aeropuerto, al que controlan desde mayo las fuerzas del gobierno, blanco de incesantes ataques de los separatistas pro rusos.

 

La tregua al parecer fue respetada gran parte del sábado, pero entrada la noche hubo disparos de obuses.

 

Los rebeldes dijeron en un comunicado que las fuerzas ucranianas violaron el sábado la tregua al disparar contra las posiciones separatistas en seis lugares. La insurgencia dijo que varios de sus combatientes murieron en esa acción.

 

Testigos dijeron por teléfono a la Agencia AP que el estruendo de fuertes explosiones también provino el sábado de las afueras del este de la ciudad portuaria de Mariúpol, donde los efectivos ucranianos mantienen líneas defensivas contra los rebeldes.

 

Una mujer de 33 años murió tras sufrir graves heridas por esquirlas en un barrio de esa ciudad, la segunda más importante de la región de Donetsk convertida en su capital provisional por las administraciones regionales y estatales leales a Kiev.

 

Mariupol se ubica en la costa del mar de Azov, a 112 kilómetros al sur de Donetsk. Los rebeldes abrieron hace poco un nuevo frente en la costa en una acción que ha aumentado los temores de que los separatistas pretenden garantizar el establecimiento de un corredor terrestre entre Rusia y la península de Crimea, que Moscú se anexó en marzo.

 

Ucrania, Rusia y los separatistas que tienen el apoyo del Kremlin firmaron el viernes un acuerdo para un alto el fuego en un acto en Minsk, la capital de Bielorrusia, en un intento para poner fin a más de cuatro meses de derramamiento de sangre en la región.

 

Los negociadores también acordaron el retiro de todas las armas pesadas, la liberación de todos los prisioneros y el envío de asistencia humanitaria a las ciudades devastadas por el conflicto en el este de Ucrania.

 

Los gobernantes occidentales han manifestado su escepticismo sobre el compromiso de Rusia en el acuerdo.

 

Un alto el fuego previo de 10 días, en el que las partes se acusaron reiteradamente de violarlo, redituó escasos resultados en la mesa de negociaciones.

 

La oficina del presidente ucraniano Petro Poroshenko dijo que el gobernante y el presidente ruso Vladimir Putin conversaron por teléfono sobre la adopción de medidas “para dar estabilidad de la tregua”.

 

Sin embargo, ambos mandatarios dijeron que el alto el fuego ha sido “cumplido en lo general”, agregó.

 

La lucha entre los rebeldes pro rusos y las fuerzas del gobierno ucraniano ha causado estragos a la débil economía ucraniana y ha causado al menos dos mil 600 civiles muertos y cientos de miles de damnificados, según cálculos de Naciones Unidas. Con información de EFE y AP