Con las licitaciones de obra hidráulica en el Lago de Texcoco en el mes de octubre, arranca la primera parte de los proyectos integrales para la construcción del nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México (AICM), mientras que será a mediados de 2015 cuando inicie la infraestructura del edificio terminal, adelantó el titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), Gerardo Ruiz Esparza.

 

En conferencia de prensa para detallar el proyecto, el funcionario comentó que las obras hidráulicas se inician en octubre, porque fue el rubro donde más preparación se pudo tener antes del anuncio. “Estas son obras que se iban a hacer eventualmente al margen de cuándo iniciaría la construcción del nuevo aeropuerto, por lo que ya está todo preparado en el terreno”, dijo.

 

También mencionó que se iniciará en el transcurso de estos meses obras de compactación del suelo y de pruebas dentro del terreno donde quedará construida la terminal.

 

Además, antes de que termine 2014 se acelerarán las obras de conectividad, para que queden listos los accesos a lo que será el nuevo AICM. De acuerdo con Ruiz Esparza hay obras que se hicieron esperando este anuncio como el Circuito Exterior Mexiquense, y próximamente se dará el banderazo de arranque de la autopista de la Pirámide de Texcoco que conectará la zona de Hidalgo, Texcoco y el nuevo aeropuerto.

 

En cuanto a obras más específicas se dio a conocer que se esperarán los proyectos ejecutivos, el primero de ellos se prevé concluya en mayo de 2015, y sería el arquitectónico y de ingeniería.

 

Conforme avancen estos dos proyectos las obras se podrán ir adelantando, y “esperamos que mediados del año siguiente iniciemos obras vinculadas al desarrollo del aeropuerto, es decir en julio de 2015”, dijo Ruiz Esparza.

 

Con lo anterior se prevé que inicien los grandes procesos licitatorios para construir la nueva terminal aérea.

 

Mexicanas tendrán preferencia 

 

Abundó que para la terminal y las pistas se tendrá que seleccionar empresas con toda la experiencia en construcción de este tipo de instalaciones, que garanticen calidad, oportunidad, solvencia y seriedad de hacer una obra que “no puede en ningún momento ponerse en tela de juicio”, expresó.

 

Incluso dijo que se dará prioridad a empresas mexicanas, no obstante también podrán participar las firmas internacionales en sinergia con las nacionales.

 

De esta forma se espera que la obra de construcción tenga una duración de cuatro a seis años, y arranque su primera etapa con tres pistas, la torre de control y la terminal en 2020.

 

“No queremos dar plazos perentorios, ya que dependerá mucho de cómo se desarrolle el proyecto, por eso se habló de obra transexenal”, dijo Esparza.

 

Finalmente, se estima que en 2028 se analizará hacer pistas adicionales, lo cual dependerá de la demanda de llegada de pasajeros.

 

 

Garantiza obra en siguiente sexenio 

 

Gerardo Ruiz Esparza aseguró que el desarrollo de la construcción del nuevo aeropuerto está garantizado para que continué en el siguiente sexenio, gracias a una estabilidad legal, financiera y economíca.

 

Explicó que en el Plan Maestro y el programa de desarrollo, habrá contratos que serán obligatorios cumplir, con plazos definidos que podrán ser multianuales y transexenales para que la obra se concluya.

 

Además, recordó que México tiene prestigio de ser mercado estable y legal. Pues no se tienen ninguna demanda en obras de infraestructura.

 

A lo anterior, se añade que es un proyecto autofinanciable, es decir, generará sus propios recursos para su pago, por lo que la operación, tasa de retorno del capital invertido y la deuda que se adquiera del propio aeropuerto a través de emisión de bonos y de la banca comercial, son pasivos que deben reconocerse nacional y e internacionalmente.

 

“Se tendrá que honrar los proyectos que se generen como nosotros lo hicimos con proyectos de la administración anterior”, comentó.