José Saturnino Cardozo saltó como poseído al momento en que cayó la tercera anotación de Toluca. El gol de consiguió Édgar Benítez fue el último clavo al ataúd de los Xolos de Tijuana, ya que el triunfo de 3-1 era imposible de alcanzar por los dirigidos por César Farías, y le daban a los escarlatas un boleto a las semifinales del Clausura 2014.

 

Las cosas no fueron sencillas para los rojos. De hecho, por algunos minutos de la parte complementaria el equipo estaba fuera de la fase final porque el marcador se encontraba igualado a uno. El tanto de visitante le permitía a los caninos soñar con acceder a la siguiente ronda, aunque los locales reaccionaron y le dieron la vuelta a la tortilla.

 

Un golazo de Antonio Ríos en un disparo fuera del área que se incrustó en el ángulo permitió que los Diablos abrieran el marcador apenas al minuto 31. Prácticamente al arrancar el complemento, en el 49’, los visitantes pusieron el 1-1.

 

Los gritos de Cardozo desde su banca tuvieron efecto, el equipo reaccionó en el 59’ con gol de Miguel Ponce. Para darle mayor fuerza al medio campo, el paraguayo tomó la decisión de que ingresara “Sinha” quien se perdió la mayor parte del torneo por lesión. Se observó a un cuadro choricero con mayor orden.

 

Ya en la recta final, con un hombre de más por la expulsión de Hernán Darío Pellerano, los choriceros dieron el golpe final al 88’ con tanto de Édgar Benítez. Fue entonces cuando Cardozo brincó dentro del área técnica para abrazar a parte de su grupo de trabajo, y festejar de manera efusiva el inminente triunfo de los escarlatas.

 

Sufrió, es cierto, pero al final de cuentas Toluca ratificó su etiqueta de favorito y, de los cuatro involucrados en la Liguilla, se adueñó de la primera posición tras la eliminación de La Máquina de Cruz Azul a manos de los Esmeraldas de León. Y es precisamente los Panzas Verdes el próximo rival que tendrán los choriceros en las semifinales del Clausura 2014, en una serie que, desde ahora, ya levanta grandes expectativas.