Latinoamérica ha logrado reducir significativamente la pobreza en la última década hasta el punto que la clase media ya supera a la pobre, pero sigue siendo una de las regiones más desiguales del mundo, dijo hoy a Efe el vicepresidente del Banco Mundial para América Latina, Hasan Tuluy.

 

“Según el último análisis del banco, hoy por primera vez la clase media supera a la pobre”, aseguró Tuluy en el complejo hotelero brasileño de Costa do Sauípe, en donde participa de la 55 Asamblea Anual del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

 

De acuerdo con el representante del Banco Mundial, que será sustituido en breve por el mexicano Jorge Familiar debido a que llegó a la edad de jubilación, la clase media representa actualmente al 32 % de la población latinoamericana, por encima del 30 % de la pobre.

 

Esa relación aún puede mejorar debido a que entre ambas hay un porcentaje importante de población que el Banco Mundial califica como “vulnerable”, que puede ascender a la clase media o caer a la pobre.

 

Para el organismo financiero internacional, pobres son los que ganan entre 0 y 4 dólares por día, la clase media la que gana entre 10 y 50 dólares y los vulnerable entre 4 y 10 dólares.

 

“Lo más importante es que, además de la caída de la pobreza, también se ha reducido el nivel de desigualdad, pese a que aún es muy grande”, agregó Tuluy, de origen turco pero que dice haber aprendido a amar América Latina en los dos años que lleva como vicepresidente del Banco Mundial para la región.

 

“El país menos desigual de América Latina, que es Uruguay, está al mismo nivel del país más desigual de Europa, que es Turquía”, afirmó.

 

El funcionario dijo que diferentes estudios han demostrado que cuando una región mejora la equidad al tiempo que crece, la reducción de la desigualdad tiene un efecto positivo también en el crecimiento, principalmente en la duración del ciclo de expansión.

 

Agregó que dos terceras partes del éxito de América Latina en la reducción de la pobreza han obedecido al crecimiento económico y a la mejoría en el mercado laboral, y la otra tercera parte por los programas sociales de distribución de renta.

 

Tuluy reconoce que América Latina sufrirá una desaceleración económica este año por la coyuntura global tras la decisión de la Reserva Federal de Estados Unidos de retirar sus estímulos a la economía y la posible frenada del crecimiento en China.

 

“El banco prevé una desaceleración en general para las economías emergentes, que podrá alcanzar una expansión promedio del 3 %, en tanto que para los países de América Latina la tasa de crecimiento caerá a entre el 2,4 y el 3,9 %”, dijo.

 

“En parte será consecuencia de los efectos globales, ya que el viento a favor ahora está en contra, pero también porque los países de la región aún tienen que poner en marcha varias reformas para mejora su competitividad”, dijo.

 

El vicepresidente del BID, sin embargo, considera que América Latina está en mejor situación hoy que hace 15 o 20 años para enfrentar choques externos y períodos de volatilidad.

 

“Está más preparada para enfrentar la situación de crecimiento más lento a nivel mundial que se avecina”, dijo.

 

Una de las razones para esa mejor situación, explicó, es que la mayoría de los países de la región mejoró sus indicadores macroeconómicos, con una fuerte reducción de la deuda en moneda extranjera, una mayor estabilidad el mercado financiero y una fuerte elevación de los niveles de sus reservas.

 

“La segunda razón es que, a diferencia de otros ciclos en que las materias primas estaba al alza y el ingreso procedente de esas exportaciones se usaba en el consumo, ahora también se ha usado para aumentar las inversiones, tanto físicas como en capital humano.

 

De acuerdo con las cifras que citó, el nivel promedio de inversión de la región subió desde el 16 hasta el 22 %, y en el caso de Perú hasta el 25 %.

 

Tuluy también citó la inversión de América Latina en la educación de su población como herramienta que ayuda a la región a reducir el impacto de crisis externas.

 

En su opinión, una posible desaceleración en China puede afectar a países que no diversificaron, “pero los países latinoamericanos diversificaron sus materias primas de exportación para no depender de un único producto ni de la demanda de un único mercado. Si bien, habrá un gran impacto, la región está en condiciones de absorberlo”.