“Para mí también fue muy difícil, no me quedó otra más que aguantar la carga de las cosas que ocurrieron. Me dijeron cosas, pero aquí estoy”. Estas fueron las palabras de Manuel Camacho Solís al recordar el asesinato de su adversario político y candidato a la presidencia de la República, Luis Donaldo Colosio.

 

En entrevista con 24 HORAS, el hoy senador de la República habló sobre el difícil proceso que significó el magnicidio de 1994. En aquel año, recuerda, la opinión pública lo señalaba como culpable del asesinato de Colosio.

 

“Aguanté la carga pero nunca la llevé dentro de mí, no había nada porqué llevarla. Y en la parte política, pues simplemente en esto hay que saber aguantar, pasaron cosas que no esperaba. Lo superé con entereza moral y luchando por las cosas en las que creía. Yo luchaba en ese momento por hacer avanzar la democracia. Sigo luchando por lo mismo”, declaró.

 

Camacho Solís, quien en 1993 se perfilaba junto a Colosio para ser el sucesor de Carlos Salinas de Gortari, sostuvo que a pesar de la competencia política que significaba que los dos tuvieran posibilidades de ser candidatos, jamás hubo una falta de respeto.

 

Incluso, afirmó que tras la designación de su adversario como candidato presidencial “lo apoyé, pero no apoyé al grupo de interés que estaba atrás de esa candidatura. Yo no fui levanta manos como se acostumbró en esa época y fijé mi posición, pero le dije que lo apoyaría en todo lo que significara avanzar en la democracia. Yo hablé con él y me quedó muy claro que Colosio estaba a favor de hacer el cambio democrático en el país que aún está pendiente”.

 

Buen presidente

 

Para Manuel Camacho Solís, “si Donaldo hubiera sido presidente, la situación del país hubiera sido bastante mejor de lo que fue”.

 

A preguntas expresa sobre su relación en lo personal con Luis Donaldo, el hoy perredista responde: “quienes la conocieron saben que fue muy buena. Trabajamos juntos en la Subsecretaría de Desarrollo Regional, nuestras familias tenían una relación muy cercana”.

 

A 20 años de distancia, afirmó, no hemos terminado de desmontar el régimen autoritario.

 

Camacho considera que la tragedia del asesinato de Colosio, ha sido sumamente costosa para el país. “Deberíamos preguntarnos si el país hizo una transición a la democracia a fondo o si seguimos anclados por las prácticas autoritarias de un régimen que se quería cambiar desde hace 20 años. No hemos terminado de desmontar el régimen autoritario.”

 

En la charla, el perredista advirtió que la debilidad política de aquel entonces sigue impactando en nuestros días. ”A 20 años de distancia, hoy lo que tenemos no es el regreso del PRI de los años 70 o de los años 80, pero los ejes fundamentales del control político nacional y de la de exclusión de la participación ciudadana siguen presentes”.

 

A 20 años del magnicidio de Colosio, el político perredista manifestó que es un momento para recordar y elegir “de qué lado colocarnos: del lado del autoritarismo o del lado de la democracia, del lado de la corrupción o del lado de la democracia”.