BUENOS AIRES. Argentina puso fin a siete años de sospechas de manipulación de sus datos de inflación con la presentación de un nuevo índice de precios que admite un incremento mucho mayor al que hasta ahora reconocía y más cercano al que calculan las consultoras privadas.

 

El nuevo indicador, que es de alcance nacional -a diferencia del anterior, que solo tenía en cuenta a Buenos Aires y su periferia-, dictó para enero un incremento de precios del 3.7 % respecto a diciembre, arrimándose al 4.6 % calculado por consultoras privadas.

 

Aunque aún sigue por debajo de las mediciones privadas, el nuevo número oficial parece sincerar lo que hasta ahora el Gobierno no admitía: que los precios suben por encima de lo que decía el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec).

 

Hasta ahora, la distorsión entre los datos oficiales y los difundidos por privados llegaba a ser de entre el doble y el triple entre unos y otros.

 

El año pasado, para el Indec la inflación fue del 10.9 %, mientras que para las consultoras fue del 28.3 %.

 

Tan solo hace un mes, cuando se dio a conocer el último resultado del viejo índice, el Indec aseguró que en diciembre la inflación fue del 0.9 %, frente al alza del 3.38 % calculado por las consultoras privadas.

 

Con el nuevo indicador, la brecha parece acortarse.

 

“Si bien habrá que estar atentos a su evolución, la cifra publicada por el Indec -mucho más cercana a la estimada por privados- constituye un buen comienzo para el nuevo Índice de Precios Nacional Urbano. El desafío ahora estará en reconstruir la credibilidad del organismo oficial”, sostuvo Soledad Pérez Duhalde, coordinadora de Análisis Macroeconómico de la consultora Abeceb.

 

El fin del polémico índice llega justo en momentos en que Argentina sufre una fuerte presión inflacionaria tras la devaluación del peso argentino del 23 % en enero pasado.

 

Precisamente, el Gobierno argentino aclaró que el primer resultado del nuevo indicador refleja las “particularidades” de las tensiones en el mercado cambiario registradas en enero y que movieron a industrias y comercios a aumentar los precios.

 

Si se proyecta a un año vista el dato de enero el resultado sería que en 2014 la inflación alcanzaría el 44.4 %, cuatro veces más de lo proyectado en el Presupuesto oficial e incluso por encima del 30 % pronosticado por consultoras privadas.

 

Implicaría además una peligrosa aceleración del fenómeno en Argentina, que en los últimos años viene registrando tasas de inflación de entre el 20 % y el 28 %, según cálculos privados.

 

Que el dato de enero no se repita en los próximos meses dependerá de la política económica aplicada por el Gobierno de Cristina Fernández, que en estas últimas dos semanas logró estabilizar el mercado cambiario y que ahora busca frenar alzas de precios mediante acuerdos con industrias y cadenas de comercialización de diversos sectores.

 

Para los bienes de consumo masivo su foco es el programa “Precios Cuidados”, que establece valores para dos centenares de productos que deben ser respetados por los supermercados, so pena de multas.

 

El programa nació en Buenos Aires y su periferia, pero hace pocos días comenzó a extenderse a todo el país.

 

Según expertos, ello impactará positivamente en una menor inflación en próximas mediciones del Indec, ya que el nuevo índice es de carácter nacional e incluye en los cálculos productos integrados a “Precios Cuidados”.

 

Por otra parte, economistas creen que números más transparentes por parte del Indec permitirán comenzar a moderar las distorsiones propias de una economía que había perdido la brújula en materia de precios al desconfiar de los datos oficiales.

 

Desde la introducción de sospechosas modificaciones metodológicas en la medición de la inflación a inicios de 2007, acciones como elaborar un presupuesto empresario, negociar salarios o fijar un alquiler comenzaron a ejecutarse con previsiones de inflación variopintas, alimentando aún más el desconcierto económico y la bola de nieve de los precios.