MOSCÚ. El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ordenó hoy a todas las agencias federales reforzar la seguridad en todo el país tras los dos atentados en Volgogrado y la amenaza de una explosión en la Plaza Roja, informó la sala de prensa del Kremlin.

 

Putin recomendó a sus ciudadanos permanecer vigilantes tras los dos ataques cometidos en menos de 24 horas en Volgogrado, uno contra una estación de trenes y otro contra un trolebús, que dejaron al menos 32 muertos y más de 70 heridos, poniendo de manifiesto la amenaza terrorista que enfrenta el país mientras se apresta a ser sede de los Juegos de Invierno.

 

Las autoridades rusas ordenaron a la policía redoblar la seguridad en las estaciones ferroviarias y otras instalaciones en el país, luego que un atacante suicida mató el lunes a 15 personas en un autobús en la ciudad sureña de Volgogrado.

 

Entre los heridos causados por la segunda explosión figuran un bebé de seis meses de edad, una mujer embarazada y dos adolescentes, informó la ministra de Salud de Rusia, Veronika Skvortsova.

 

Fue el segundo ataque en dos días en una ciudad que se encuentra a solo 650 kilómetros (400 millas) de Sochi, sede de los Juegos Olímpicos de Invierno.

 

Las autoridades rusas creen que el último atentado fue perpetrado por el mismo grupo hizo detonar el domingo una bomba en la principal estación ferroviaria de Volgogrado, ciudad con una población de un millón de habitantes.

 

Aunque los terroristas difícilmente puedan vulnerar el estricto dispositivo de seguridad en torno a las instalaciones olímpicas, los ataques demuestran que con pasmosa facilidad pueden hacer daño a la población civil en otros lugares de Rusia.

 

El reforzamiento de la seguridad se produce justo cuando los rusos se preparan para celebrar el Año Nuevo, el feriado más importante en el país. En San Petersburgo, la segunda ciudad más grande de Rusia, el gobernador local canceló el despliegue de fuegos artificiales.

 

Putin ordenó a los encargados de seguridad que le presenten un informe sobre los ataques y envió a Alexander Bortnikov, director de la agencia nacional de inteligencia a Volgogrado para que se encargue de la investigación.

 

Luego de reunirse con funcionarios de seguridad en Volgogrado, Bortnikov expresó confianza de que pronto darán con los responsables de los atentados.

 

El Comité Olímpico Internacional expresó sus condolencias por el atentado del domingo, pero dijo que confía en la capacidad de Rusia para garantizar la seguridad durante los Juegos de Sochi.

 

Volgogrado, otrora conocida como Estalingrado, es un centro clave para el transporte hacia el sur de Rusia, ya que de ahí salen numerosos autobuses interprovinciales hacia la volátil región del Cáucaso Norte, donde grupos insurgentes tratan de crear un estado islámico.

 

Vladimir Markin, portavoz de la principal agencia de investigación rusa, dijo que en el ataque del lunes se usó una bomba similar a la utilizada el domingo en la principal estación ferroviaria.

 

“Eso confirma la versión de los investigadores de que los dos ataques terroristas estaban vinculados”, indicó Markin en una declaración. “Podrían haber sido fabricadas en un mismo lugar”.

 

Markin dijo que un atacante suicida fue el responsable de la explosión en el autobús, lo que contradijo un comunicado previo de las autoridades que decía que la bomba fue dejada en el área de pasajeros.

 

Además de las 15 personas muertas hay al menos 30 heridas, de acuerdo con autoridades de salud.

 

Las autoridades no dijeron qué grupo es responsable del ataque y nadie se atribuyó la autoría de los atentados, pero éstos ocurrieron meses después que el líder rebelde checheno Doku Umarov amenazara con lanzar nuevos ataques contra blancos civiles en Rusia, inclusive en las Olimpiadas de Sochi.

 

Los ataques sucesivos en Volgogrado pueden ser muestra de que los milicianos tienen posibilidades de causar daño más allá de su zona de operación tradicional.

 

La ciudad también es un importante símbolo que enorgullece a los rusos desde la histórica batalla de Estalingrado durante la Segunda Guerra Mundial, cuando los soviéticos revirtieron el avance de las tropas nazis.

 

“Volgogrado, que constituye un símbolo del sufrimiento ruso y de victoria en la Segunda Guerra Mundial, ha sido elegida por los líderes terroristas precisamente por el valor que tiene en la mente popular”, destacó Dmitry Trenin, director de la oficina de Carnegie Endowment en Moscú, en una declaración colocada en el cibersitio de la organización.