Son casi las 11 de la noche y Dennis Van Schie, un alemán corpulento y afable, parece no sufrir los estragos del jet lag. Hace unos minutos, quien es a la vez vicepresidente y director de ventas y marketing de Sony Mobile Communications, presentó en un salón del hotel St. Regis el Xperia Z1, el smartphone de gama alta no sólo resistente al agua, sino completamente sumergible que representa la apuesta de Sony para irrumpir de nuevo en el mercado de los teléfonos inteligentes.

 

En una charla con Forbes México, el ejecutivo no oculta su optimismo: en el primer trimestre fiscal la compañía reportó las primeras ganancias en mucho tiempo, buena parte de ellas provenientes de la división a su cargo gracias a sus teléfonos inteligentes.

 

Durante el primer trimestre del año, Sony vendió 9.6 millones de unidades, 2.5 millones más que el mismo periodo de 2012, y la tendencia se mantuvo durante el segundo trimestre de 2013, con 10 millones de unidades enviadas. El Z1 podría ayudar a sostener esa buena racha, sin embargo, su precio, de más de 13,000 pesos, podría jugar en su contra.

 

Los recientes lanzamientos del iPhone 5C y el Samsung Galaxy S4 Mini apuestan a atraer a más consumidores sensibles al precio. Sony lanzó este año el Z1F, una versión más pequeña y barata del Z1, disponible sólo en Japón, pero se prevé que llegará a otras partes del mundo.

 

“Es un entorno muy competitivo. Sacar cada vez más teléfonos con nuevas funciones, intentando ganar la guerra de los precios, no es nuestro juego. El nuestro es entregar valor a nuestros usuarios, conectar sus experiencias y la manera como se entretienen, como ven películas, escuchan música, juegan sus juegos”, asegura Dennis.

 

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