El acelerado deshielo del hostil Ártico y las grandes cantidades de recursos naturales que se encuentran en la región han generado una fuerte competencia entre los países para explotar esa nueva frontera petrolífera, principalmente entre Estados Unidos y Rusia.

 

De acuerdo con un análisis publicado recientemente por The Center for Climate and Security, que investiga los riesgos del cambio climático, aunque Estados Unidos y Rusia han compartido el Ártico desde que Alaska se integró a la Unión Americana en 1867, los efectos del cambio climático podrían llevar a las dos potencias a fuertes tensiones.

 

Tanto Washington como Moscú están interesados en la explotación del petróleo que se encuentra bajo el mar.

 

En febrero pasado, el gobierno de Vladimir Putin anunció la Estrategia del Desarrollo del Ártico 2020, cuyo principal interés está en los recursos naturales y para ello se ha propuesto ampliar los límites legales de su plataforma continental como un reclamo de su soberanía sobre estos recursos.

 

Por otro lado, Estados Unidos se prepara para asumir a partir de 2015 la presidencia del Consejo del Ártico, que actualmente preside Canadá.

 

Pero para poder demostrar su liderazgo, estima el centro, EU debe enfrentarse ahora a los cambios del paisaje ártico, debido a un clima cambiante que ha acelerado el deshielo de la región. Esta preparación incluye cuestiones políticas, problemas marítimos, posibles tensiones en la cooperación que tienen que ver tanto del lado económico como climático.

 

El centro señala también que tanto Estados Unidos como Rusia se enfrentan a una mayor necesidad del uso de barcos especializados para romper el hielo, ya que la zona navegable del Ártico aumenta, lo que incrementa el tráfico marítimo en la región.

 

También se enfrentan con una mayor necesidad para reglamentar el desarrollo de la región, así como para incrementar las operaciones de investigación y de rescate.

 

No obstante, debido a las medidas de austeridad actuales, la búsqueda de fondos para la compra y el uso de buques costosos, es muy difícil, indica el centro. La falta de capacidades por parte de Estados Unidos y de Rusia podría causar importantes irregularidades para el Ártico, así como una mayor probabilidad de que se produzcan desastres humanos y ambientales.

 

Todas estas razones, afirma el centro, podrían conducir a un conflicto abierto entre las naciones que tienen frontera con el Ártico, es decir, Canadá, Dinamarca, Finlandia, Noruega, Suecia, Islandia, Estados Unidos y Rusia.

 

Como informó 24 HORAS el pasado 17 de mayo, el importante volumen de energéticos en esa región también atrajo el interés de potencias económicas más lejanas como China, India, Japón, Corea del Sur, Singapur e Italia, países que por ahora participan como observadores permanentes en el Consejo del Ártico.

 

The Center for Climate and Security considera necesaria una mayor cooperación entre las naciones del Ártico para enfrentar los rápidos cambios climáticos y también para mantener la seguridad de la región.

 

Una cooperación más estrecha en el océano más nórdico del planeta, señala el centro, podría permitir mejoras en otras áreas de la diplomacia, como en la intervención humanitaria y en las negociaciones sobre el cambio climático, entre otros.

 

Todavía no se ha materializado la ratificación de la ley de la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, la cual está apoyada por la Cámara de Comercio de EU e importantes empresas petroleras estadunidenses, pero de lograrse, estima el centro, el alcance de la cooperación productiva entre Estados Unidos y Rusia podría ampliarse significativamente y eso más allá del Ártico.