El movimiento político Revolución Democrática (RD) propuso hoy a los chilenos que marquen su voto en las elecciones de noviembre con las iniciales AC (Asamblea Constituyente) para reclamar una nueva carta magna.

 

Integrantes de Revolución Democrática, como la actriz Javiera Parada, dijeron hoy en un encuentro con corresponsales extranjeros que la iniciativa obedece a que la Constitución actual, promulgada en 1980 en plena dictadura de Augusto Pinochet, tiene un origen “ilegal, autoritario”.

 

Para Parada, que hasta hace unas semanas formaba parte del equipo de campaña de la exmandataria y precandidata presidencial Michelle Bachelet y cuyo padre fue degollado en 1985 por agentes de la dictadura, “es claro que el país está preparado para una asamblea constituyente”.

 

La campaña de RD, un movimiento nacido en enero de 2012, busca que los chilenos que quieran una nueva constitución escriban las letras “AC” en la esquina superior derecha de su papeleta de voto cuando sufraguen en los comicios presidenciales y parlamentarios del 17 de noviembre.

 

Revolución Democrática quiere conformar una red de 40 mil voluntarios que estén presentes durante el recuento de las mesas y contabilicen los votos que estén marcados con las iniciales AC.

 

Según la ley chilena, si, además de seleccionar el nombre del candidato elegido, el elector escribe algo sobre la papeleta (AC o cualquier otra letra o símbolo) que no distorsione la parte donde se elige al candidato, el voto se “objeta” (se cuestiona) y la junta electoral o el tribunal calificador de elecciones determina si es válido.

 

En el caso de los votos marcados con “AC”, las autoridades han dicho que los votos serán objetados, pero finalmente serán considerados válidos, según dijeron hoy los representantes de Revolución Democrática.

 

RD pretende generar así un movimiento ciudadano amplio que presione a las nuevas autoridades para que éstas convoquen un plebiscito en el que se consulte a los chilenos si efectivamente quieren una nueva constitución.

 

La Constitución actual, que data de 1980, sufrió varias modificaciones durante el Gobierno del socialista Ricardo Lagos (2000-2006), pero diversos sectores sociales piden que se elabore un nuevo texto que se ajuste a las nuevas demandas ciudadanas.

 

Las principales quejas son que la carta magna establece un sistema político muy centralista y que dificulta la representación de las minorías, además de ser la base de leyes orgánicas constitucionales que permiten privatizar la explotación del cobre, la administración del agua, de la Salud y la Educación.

 

Bachelet, favorita para los comicios de noviembre, se ha manifestado a favor de una nueva carta magna, aunque no ha especificado si lo haría a través de una asamblea constituyente, mientras que los dos precandidatos de la coalición gubernamental conservadora apuestan por reformas constitucionales y rechazan la idea de la asamblea.

Campaña del NO

Cabe recordar que fue el plebiscito de 1988, en plena dictadura militar, el que definió la salida de Augusto Pinochet del poder y por el que al año siguiente se convocaron a elecciones democráticas.

 

Previo al referéndum, que consistía en que los electores decidieran si Pinochet continuaba o no, hubo una guerra de campañas. Pero la decisiva y la que dio valor a los chilenos fue la campaña del NO.

 

Del total de votos válidos, el resultado fue de 44.01% para el SÍ y de 55.99% para el NO.