En plena mitad del siglo xx, en las calles del último país que logró su independencia en el continente, surgió de la garganta de sus barrios marginados una extraña voz que trascendía como el sonido del león en la selva. Utilizando la protesta como estandarte, el amor como referencia y la igualdad como perspectiva, llegó la música reggae, fusión de la herencia africana y estandarte de lucha y libertad.

 

Han pasado más de 50 años de su aparición. El barrio de Trench Town, en la capital de Jamaica, fue escenario de los primeros conciertos, y prácticamente, epicentro de la creación del género musical, que en la actualidad es de los más populares del mundo.

 

 

Existen historias que se han convertido en mito acerca del origen de la palabra reggae. Una dice que el término es una derivación de ragga, abreviación de raggamufin, que en inglés significa harapiento. Se entiende que este término describía a un sector de la sociedad jamaicana, de allí que grupos nacidos en los barrios más violentos de la isla la llevaran a sus expresiones.

 

Otra leyenda señala que el término proviene de una canción de The Maytals, llamada “Do the Reggay”, en la que la palabra reggay significa regular, haciendo alusión a gente normal y corriente. Si bien no hay un consenso general, hoy por hoy es una palabra muy utilizada.

 

 

Con la apariencia rastafari, muchos músicos jamaicanos llevan el legado del reggae por todo el mundo. Se han generado grandes cantidades de seguidores, quienes han cambiado de condiciones respecto a sus antecesores. Ahora mismo, el músico rasta recorre el mundo, o al menos tiene oportunidad de tocar en Europa, América o Asia, los principales puntos de influencia del canto rasta. El reggae reúne postulados ideológicos y elementos fundamentales del movimiento rastafari. Su espiritualidad juega un papel importante. La oración, así como la unión para obtener la fuerza son elementos base de su pensamiento.

 

Los rastafaris nacieron en Jamaica como religión a partir de una lectura de doctrinas de Marcus Garvey. De sus pensamientos emergen una serie de mitos poco creíbles, pero de un mensaje enaltecedor a la raza y su igualdad. Los auténticos rastafaris mantienen en sus lógicas culturales el no consumo de carne de cerdo, son profundamente religiosos y sueñan con el regreso en peregrinación a una Etiopía emancipada.

 

 

 

La mística de esta música de protesta, la aporta la religiosidad de muchos de sus artistas. El consumo de mariguana, aporta, de acuerdo con alguna de sus canciones, el contacto con la naturaleza. La paz.

 

La mariguana en el reggae se vincula completamente al pensamiento rastafari, que la ofrece con la intención de que, en el trance, sea posible el encuentro con reflexiones ligadas al pensamiento rasta. Sus ritmos mezclan el folklore africano con jazz, góspel, calipso y blues. Hay quien afirma que el reggae deviene del ska, propuesta que obtuvo popularidad en Jamaica en los años 60. Sin embargo, el ritmo que logra y sus melodías son muy distintas, aunque en algunos estilos se puede distinguir ecos de este estilo musical que nació antes.

 

También se dice que nació por error cuando, en una grabación, la guitarra de uno de los integrantes de Los Wailers, grupo que encumbrara a Marley, no estaba bien afinada; pero el entusiasmo del músico, su ritmo y fuerza, hicieron que esa especie de sonido de rasgadura, se convirtiese en la base rítmica del nuevo movimiento musical.

 

La popularidad de artistas como Bob Marley, Peter Tosh, Lee Perry, Yellowman, Eek-A-Mouse, Jimmy Cliff, Barrington Levy, Steel Pulse, Bunny Wailer, Black Uhuru, Lucky Dube, Eddy Grant y la dinastía Marley: Kimany, Damian, Ziggy y Stephen. Llevaron a los rastas a transitar por el mundo.

 

 

  

Esta situación y la popularidad que alcanzó como música principal durante el periodo postindependencia, dieron pie a que sucediera un acto insólito en la historia de Jamaica y de muchos otros países de América.

 

El 22 de abril de 1978, Bob Marley ofreció un concierto en el estadio nacional de Kingston al que asistieron el primer ministro Michael Manley del Partido Nacional del Pueblo, y su principal opositor, Edward Seaga, del Partido Laborista de Jamaica.

 

En el momento en que Marley interpretaba la canción “Jammin”, persuadió a los dos líderes para que se dieran la mano. Este acto le valió el reconocimiento de su país.

 

 

Las canciones más importantes del primer periodo conocido como roots, recogen experiencias ligadas con la injusticia heredada y la espera de la emancipación de África. Temas como “Exodus” y “80,000 Careless Ethiopians” ejemplifican el destierro de miles de africanos hacia Jamaica.

 

Prácticamente estas letras son protestas ante el destierro de Babilonia, entendido como la sociedad de consumo tramposa y al éxodo del pueblo de Jah, al África libre. A raíz de la muerte de Marley, el reggae se convirtió en un género muy demandado.

 

 

Tan solicitado ha sido, que se ha logrado una industria, en la que miles de personas de todo el mundo participan. En México, hay una gran familia que se reúne constantemente a escuchar la música. Se han hecho festivales, incluso hay varias bandas con propuestas interesantes.

 

Sus aportaciones han hecho que miles de personas gusten del ritmo, que ha sido variado y potente desde su nacimiento. Ahora, con una presencia importante, llega a nuestros oídos a través de las propuestas de Alborosie, Eka Mouse, Buju Bantón, Cocoa Tea, Max Romeo, URoy, Ritchie Spice, Jah Cure y muchos más artistas del género.

 

Y como grita la canción de Marley, “Viejos piratas me robaron y me vendieron a algún mercader, minutos después me sacaron del agujero más cruel. Pero mi mano es fuerte de la mano del Todopoderoso, somos una generación que avanza por el triunfo. Hay que cantar estas canciones de libertad, es todo lo que siempre hemos tenido. Liberados de la esclavitud mental, nadie más que nosotros podrá liberar nuestras mentes, no hay que tener miedo, porque nadie puede parar el tiempo, tenemos que cumplir nuestro destino guiándonos con canciones de libertad”.