CIUDAD DEL VATICANO. Las dos “fumatas negras” tras las tres primeras votaciones “es algo normal” y no supone una división entre los cardenales encerrados desde ayer en cónclave para elegir al sucesor de Benedicto XVI, afirmó hoy el portavoz vaticano, Federico Lombardi.

 

Las dos fumatas negras, una ayer y otra esta mañana, “entran en lo normal, no es señal de división, sino que forma parte de una búsqueda normal de consensos”, dijo el jesuita Lombardi en un encuentro con la prensa en el segundo día de cónclave.

 

Agregó que los 115 cardenales electores se encuentran encerrados en la capilla Sixtina con la intención de votar al purpurado que consideren más adecuado y que todas las “historias de divisiones y conflictos” son “pura fantasía.

 

Lombardi informó de que los cardenales se encuentran bien, “de buen humor”, y esta mañana algunos han ido andando hasta la capilla Paulina, donde celebraron misa antes de entrar en la Sixtina por segundo día.

 

Preguntado si algún cardenal está enfermo y si todos asistieron hoy a la Sixtina, tras verse ayer cómo uno de ellos iba en silla de ruedas y otro acompañado por un ayudante, Lombardi declaró que, en su opinión, “todos están bien”.

 

“Lo demostraría la rapidez del voto, como hemos visto en la fumata de hoy (que se adelantó más de media hora al horario previsto). Si hubieran echado mano de los ‘infirmari’ (los encargados de recoger el voto de los enfermos), todo el procedimiento habría requerido más tiempo. Por eso, creo que están todos en la Sixtina”, destacó.

 

Sobre la presencia en el cónclave de cardenales como el estadounidense Roger Mahony, bajo cuya gestión se dieron centenares de casos de abusos a menores por parte de sacerdotes, Lombardi manifestó que esos purpurados han dado ya “respuestas y explicaciones”.

 

“Estamos convencidos de que esos cardenales son personas que debemos estimar y que tienen todo el derecho a estar presentes en el cónclave”, subrayó.

 

Según la estadounidense Red de Supervivientes de Personas que sufrieron abusos por Sacerdotes (SNAP), los cardenales que no afrontaron con el suficiente rigor los abusos sexuales cometidos por clérigos contra menores, quitaron importancia a los casos y rechazaron reunirse con las víctimas, entre los que citó a Mahony, no deben participar en el cónclave.

 

Lombardi dijo que no hay que extrañarse de que SNAP haya aprovechado el cónclave para repetir sus acusaciones y consideró que esta red está marcada por “prejuicios negativos”.