PARÍS. Uno de los tres grupos islamistas que ocupan el norte de Malí, el salafista Ansar Dine (los Defensores del islam), se ha escindido en dos. Sus miembros más moderados han formado el Movimiento Islámico del Azawad (MIA), y propusieron ayer a Bamako y París una “solución pacífica” al conflicto, al tiempo que se han ofrecido a luchar contra sus antiguos compañeros.

 

En un comunicado, firmado en la norteña ciudad de Kidal y publicado por el portal argelino Tout sur l’Algérie, el MIA afirma “de la manera más solemne” que se desmarca totalmente de cualquier grupo terrorista, y se compromete a combatirlos. Los miembros de esta escisión afirman ser todos ciudadanos malienses y solicitan a las fuerzas de su país y a las francesas que cesen las “hostilidades” en las zonas bajo su control en el norte del país, que los tuaregs llaman Azawad.

 

Este anuncio llega cuando varias organizaciones de derechos humanos han pedido abrir una investigación sobre las denuncias de que el ejército maliense ha ejecutado a miembros de las comunidades árabe y tuareg en el centro del país. Los tuaregs del Movimiento por la Liberación Nacional de Azawad (MNLA), también se ofrecieron la semana pasada para apoyar militarmente a las tropas francesas, ante su pérdida de poder en la zona norte de Malí en detrimento de los islamistas.

 

El nuevo grupo estará dirigido por Alghabasse Ag Intalla, miembro de una de las grandes familias tuaregs de la región de Kidal, que representó a Ansar Dine, en las frustradas conversaciones de paz mantenidas con Bamako a finales de 2012.

 

Durante meses, mediadores africanos y argelinos han tratado de disociar a Ansar Dine de los otros dos grupos islamistas presentes en el norte de Malí, compuestos en su mayor parte por extranjeros: Al Qaeda del Magreb Islámico (AQMI) y el Movimiento por la Unicidad de la Yihad (Mujao). El ahora escindido Ansar Dine es salafista, es decir, sigue la corriente ultraconservadora suní que defiende la vuelta a la forma de vida de los orígenes del islam.

 

Sobre el terreno, los tres grupos han sido golpeados por las fuerzas aéreas francesas en las últimas horas, principalmente en los bastiones de Gao y Tombuctú. En los últimos días, soldados franceses y malienses han recuperado de manos de estos grupos las ciudades de Diabali, Konna y Douentza.

 

Por lo pronto el ministro francés de Exteriores, Laurent Fabius, dijo ayer que espera antes del fin de semana que el Gobierno de Mali presente una “hoja de ruta” para dar respuesta, en el terreno político, a la crisis que vive el país.

 

“Tiene que haber una hoja de ruta”, subrayó Fabius, en un encuentro con la prensa, en el que indicó que había hablado con el primer ministro de Mali, Diango Sissoko, y que le había indicado que podía presentar su plan antes del fin de semana.

 

En cuanto a la intervención militar francesa, Fabius señaló que “nuestro objetivo es desplazar a los terroristas y ser sustituidos por las fuerzas africanas”.

 

El ministro francés hizo hincapié en la importancia de que el Gobierno y el Ejército de Mali “respete los derechos civiles y militares”, en referencia a algunas denuncias de torturas, ejecuciones y malos tratos por parte de las fuerzas del orden del país africano.EFE

 

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