ARGEL. Las autoridades argelinas anunciaron hoy la liberación de más de la mitad de 132 rehenes extranjeros, así como la de 573 argelinos, que permanecían en manos del grupo terrorista que el miércoles asaltó una planta de gas en una zona desértica en el sureste del país.

 

Según un balance provisional recogido por la agencia estatal argelina, APS, la operación continúa para liberar a otro grupo de rehenes que permanece retenido en una parte de las instalaciones.

 

En tanto, el primer ministro británico, David Cameron aseguró que kla crisis de los rehenes tomados por milicianos islamistas en una remota planta de gas en el desierto de Argelia sigue presente, luego de que la operación argelina para aniquilar a los extremistas y liberar a los cautivos, que son de al menos 10 países, desató un cruento caos.

 

La suerte de los combatientes y de muchos de los rehenes era incierta en medio de las declaraciones contradictorias de las fuerzas armadas argelinas y de los milicianos. Los gobernantes de varios países del mundo con ciudadanos entre los rehenes expresaron enérgicamente su preocupación por la manera en que Argelia ha manejado la situación.

 

El gobierno de Argelia informó que la operación militar había concluido en las últimas horas del jueves. Pero la Oficina del Exterior de Gran Bretaña y funcionarios de Estados Unidos afirmaron el viernes que el conflicto en el desierto estaba “en curso”.

 

El ministro del interior de Francia, Manuel Valls, declaró que la situación era todavía nebulosa.

 

Al menos seis personas murieron, incluyendo a británicos, filipinos y argelinos. Varios rehenes aterrorizados, de Irlanda y Noruega, lograron huir de la planta de Ain Amenas, a mil 300 kilómetros (800 millas) al sur de la capital Argel.

 

De momento se desconoce la situación de otros trabajadores (estadounidenses, británicos, franceses, noruegos, rumanos, malayos, japoneses y argelinos), así como de los mismos milicianos y de las fuerzas de Argelia.

 

Este jueves, al menos 18 terroristas murieron en el asalto lanzado por el Ejército contra la planta de gas argelina donde el grupo armado mantiene secuestrado desde el miércoles a un número indeterminado de trabajadores argelinos y extranjeros, según fuentes de seguridad citadas hoy por la agencia estatal, APS.