Fotos. Cuartoscuro

 

CANCÚN. El boxeador más grande y polémico de la historia, Muhammad Alí fue nombrado “Rey del Boxeo Mundial”, con lo que el pugilismo mundial se viste de manteles largos con una de sus figuras más representativas.

 

Alí recibió la distinción en el marco de la inauguración de la 50 convención anual del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), que se realiza en el hotel Grand Oasis, del paradisíaco puerto de Cancún, Quintana Roo.

 

Convertido en la figura más mencionada de la historia en el deporte de los puños, Alí realizó una vida y carrera profesional por demás polémica, tanto arriba como abajo del ring y siempre ocupó los titulares de los periódicos y en espacios electrónicos.

 

Su nombre de pila fue Cassius Marcellus Clay Jr., originario de Louisville, Kentucky y vio la primera luz el 17, de enero de 1942.

 

Su trayectoria en los cuadriláteros inició en en el terreno amateur al obtener seis Guantes de Oro en Kentucky, dos Guantes de Oro Nacionales y llegó a la cima en el box aficionado al conquistar la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Roma-60, en peso semicompleto, para acumular 100 victorias, con sólo cinco derrotas y de ahí su incursión al boxeo profesional bajo la tutela del legendario entrenador Angelo Dundee.

 

Los Estados Unidos, país hecho por y para la guerra, ordenó que el joven Cassius hiciera el servicio militar en la guerra contra Vietnam en 1967, pero se opuso apelando a sus creencias religiosas, fue arrestado y suspendida su licencia de peleador y aunque no fue encarcelado, no volvió a pelear en casi cuatro años mientras su apelación llegaba al Tribunal Supremo, donde fue finalmente admitida.

 

Cambió su nombre con el que es conocido a nivel mundial: Muhammad Alí, para conquistar tres campeonatos del mundo en los pesos completos.

 

En uno de su actos más recordados, arrojó su medalla de oro olímpica al Río Ohio, cuando le negaron servirle en un restaurante exclusivo para blancos y haberse peleado con un grupo de éstos. En los Juegos Olímpicos de Atlanta-96, encendió el pebetero olímpico y le regresaron la presea que había ganado en Japón.