En la búsqueda por ofrecer nuevas experiencias de lectura y el interés por fomentarla en los más pequeños para superar los bochornosos 2.8 libros leídos por año, de la media nacional, los escritores reinventan la estructura en sus historias. Antonio Santa Ana asegura que decidió “mover el avispero” y hacer literatura más afín a los adolescentes para captar su atención.

 

El autor destaca que si bien había muchos libros preparados para educar a los niños, “para decirle que se equivocaba, el padre lo encausaba y terminaban todos felices, entonces yo quería hacer un libro donde los padres se equivocaran, no hicieran lo correcto, fueran malos padres”.

 

En el marco de la 32 Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil (FILIJ) el escritor y editor argentino en charla con 24 HORAS asegura que algunos nuevo títulos para niños son respuesta del interés de instituciones públicas y privadas para promover la lectura, pero además de un verdadero esfuerzo por acercar a los pequeños a vivir las historias.

 

“Me parecía que faltaban historias un poco más contundentes, un poco más del lado de los adolescentes, en general yo sentía que mucha de la literatura latinoamericana estaba al servicio de los padres y de los profesores”.

 

Los ojos del perro siberiano (1998) es la primera novela de Santa Ana, en la que relata la historia de la muerte de un joven con SIDA contada desde la mirada del hermano menor.

 

Para contar sus historias, crea un mundo completo para los personajes que incluye hasta la historia de los personajes secundarios y éstas, no están siempre en los libros.

 

“Yo sé mucho sobre los personajes, tal vez sé demasiadas cosas de los personajes que no están en el libro. Yo tengo historias hasta de los personajes secundarios, pero para ponerme a trabajar con la historia de esa gente tengo que saber casi todo”.

 

Santa Ana presentó en esta semana, en el marco de la FILIJ, su última obra titulada Ella cantaba(en tono menor).