Los estudios sobre los usos de internet, redes sociales y demás tecnologías asociadas se han multiplicado los últimos años. Merece la pena destacar el más reciente de Statcounter Global Stats, publicado este mes, que señala que el uso de dispositivos móviles, sin contar tabletas, para acceder a internet, se ha casi duplicado en un año, pasando de 6.55% en 2011 a 12%, mientras que el uso de las computadoras de escritorio va descendiendo. Perece lógico pensar que los diseños web clásicos, pensados para visualizarse en monitores, no son adecuados ni cómodos para los dispositivos móviles. En consecuencia, se deben adaptar los contenidos de la web tradicional de una empresa a dispositivos móviles que faciliten al usuario el acceso a la información.

 

Así, todas las empresas que tienen presencia en internet y desean conocer cómo sus usuarios llegan hasta sus marcas, se plantean en la actualidad dos estrategias a seguir: una web móvil o desarrollar una aplicación (app) para dispositivos móviles. Una app móvil es una aplicación nativa, que se puede descargar al celular o a algún otro dispositivo móvil (una tablet o un reproductor MP3), desde la correspondiente store (cada marca tiene la suya). En cambio, una web móvil es un acceso directo a la página web pero con aspecto diferente pues se accede desde nuestro dispositivo móvil. Está diseñado para imitar a una app móvil, pero sin serlo. En definitiva se trata de acceder a la página web de la empresa pero desde un dispositivo móvil.

 

Ambas opciones son buenas pero dependerá de las posibilidades de la empresa y del uso que les deseen dar la adopción de una o de otra. En ocasiones, se pasa de una web móvil a una app o viceversa en función de los hábitos de sus usuarios, pues las dos tienen sus ventajas y sus inconvenientes.

 

Por ejemplo, una ventaja de la app móvil frente a la web móvil es su rapidez, mejor calidad en los gráficos y además no hace falta estar conectado a internet para poder verla. Pero sobre todo, la gran ventaja para la empresa es la geolocalización, que permite captar información sobre los movimientos del internauta, tanto sus requerimientos como demandas, con el objetivo de rediseñar la oferta. De esta manera, se articulan políticas de marketing que, basándose en la geolocalización, ofrecen mapas, cupones para tiendas cercanas, o información sobre alguien que conozcamos y que se encuentre en los alrededores. Además, algunas aplicaciones proporcionan datos de localización del usuario a redes de publicidad que dirigen anuncios basados en sus intereses.

 

La posibilidad de enviar notificaciones para que el usuario esté informado de las actualizaciones y novedades del momento a través de las apps móviles es todo una acierto (siempre y cuando sea a elección del usuario, claro está). En el caso de las webs móviles, no existen las notificaciones pero el usuario puede recibir a petición suya SMS. En cambio, una gran ventaja de las web móviles es que las actualizaciones son inmediatas y no es necesario que el usuario se preocupe de actualizar la versión, permitiendo a la empresa experimentar con diferentes diseños y características para adaptarlos a los gustos del usuario sin tener que “molestarlo” para las actualizaciones periódicas. Además en una app móvil cualquier cambio de diseño o mejora, por pequeño que sea, supone una actualización y un coste. Para terminar con las diferencias, una app móvil es más cara pues hay que desarrollar una para cada marca y modelo de dispositivo móvil, mientras que la web móvil es adaptable a todo tipo de dispositivos móviles, sin tener que crear una versión para cada marca.

 

También existen soluciones intermedias donde se desarrolla una web móvil con apariencia de una app nativa. Es tomar lo mejor de ambos mundos. Pero hoy en día, las grandes compañías utilizan más una app móvil pues la experiencia del usuario es mejor. Pero no hay que descartar las webs móviles, pues es la primera solución barata y funcional para aquellas empresas pequeñas que deseen subirse al carro del internet móvil.

 

amaya.arribas@itesm.mx

Investigadora del Proyecto Internet, Cátedra de Comunicaciones Digitales Estratégicas, Tecnológico de Monterrey, campus Estado de México.