A siete años de su incorporación en el Cuadro Básico de Medicamentos en medio de un intenso debate, los más recientes reportes de ventas muestran un consumo desproporcionado de la pastilla de emergencia. Tan sólo en lo que va de 2012 representa 42% del total del mercado de anticonceptivos hormonales en el país.

 

Este año se colocó como el más vendido en México con un registro de 6.8 millones de unidades vendidas, mientras que los anticonceptivos orales de bajas dosis hormonales registraron ventas por cinco millones de unidades, es decir, 31% del mercado.

 

Estos datos indican que un importante número de mujeres utilizan la píldora del día siguiente como método habitual y no como un recurso de emergencia, lo que implica un riesgo latente para la salud de las pacientes que la ingieren de manera recurrente y sin supervisión de un médico especialista.

 

El problema de fondo es la falta de información adecuada, y en esta labor los trabajadores de la salud tienen una gran responsabilidad, señaló el ginecólogo Manuel Gómez, quien agregó que en general las mujeres, pero sobre todo las más jóvenes, no acuden de manera regular a los servicios de salud.

 

En entrevista, refirió que según diversos estudios, en México y en América Latina 36% de las mujeres de 15 a 45 años no asiste al médico general ni tampoco al ginecólogo.

 

Desde su incorporación en el Cuadro Básico de Medicamentos, la píldora del día después fue catalogada en el “nivel 1”, lo cual implica que es accesible a cualquier persona sin necesidad de receta ni revisión médica alguna.

 

Para el especialista la facilidad de acceder a este medicamento ofrece múltiples beneficios en casos de emergencia como una violación, un accidente en el uso de algún otro método como el condón o incluso en casos de “olvido” del método hormonal de dosis bajas.

 

Sin embargo, los reportes muestran que grupos vulnerables como las adolescentes, recién iniciadas en su vida sexual, usan descontroladamente la píldora debido a la falta de educación sexual y escaso conocimiento sobre el peligro que conlleva esta práctica, refiere un comunicado de la firma Liomont.

 

De acuerdo con el especialista, entre las y los jóvenes, que están iniciando su actividad sexual incluso desde los 11 o 12 años, existe la falta creencia de que la píldora de emergencia ofrece una eficacia total, sin embargo ésta es de 65 a 70%.

 

Es decir, de cada 10 usuarias 3 o 4 se embarazan aun cuando tomen la píldora de emergencia, a diferencia de los métodos hormonales llamados de “dosis bajas”, cuya eficacia llega a 97.5%.

 

Los efectos del abuso en el consumo de la píldora de emergencia, que se considera como tal cuando se toma más de una vez al mes, incluyen desde náuseas o vómitos, dolor en los senos, de cabeza y abdominal, mareos o irregularidad en la menstruación.

 

En casos extremos, si bien las mujeres pueden llegar a presentar trastornos de infertilidad estos son transitorios, aumento de peso, fuertes sangrados, cambios emocionales y alteraciones en el sistema hormonal, poniendo en riesgo su funcionamiento regular.

 

En este sentido, mencionó que actualmente existe una variedad de anticonceptivos hormonales combinados de última generación que contienen dosis más bajas de estrógenos y no producen efectos secundarios; aunque lo más importante es fomentar la educación sexual en las adolescentes.