WASHIGTON. Las empresas chinas Huawei y ZTE, que fabrican equipos telefónicos, ofrecen oportunidades para el espionaje de China en Estados Unidos, según un informe de un comité del Congreso.

 

El periódico The Wall Street Journal y otros medios citan un informe del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes según el cual las dos empresas chinas no cooperaron con la investigación ni explicaron adecuadamente sus negocios en EU y su relación con el gobierno de China.

 

“Sobre la base de la información disponible, reservada y no reservada, no se puede confiar en que Huawei y ZTE estén libres de la influencia de un estado extranjero, y por ello presentan una amenaza para la seguridad de Estados Unidos y nuestros sistemas”, señala el informe.

 

El informe lo redactaron el presidente del comité, el republicano Mike Rogers, de Michigan, y el principal miembro demócrata, C.A. Ruppersberger, de Maryland.

 

El informe recomienda que el gobierno de Estados Unidos evite el uso de los equipos fabricados por estas empresas y sostiene que la investigación encontró “informes creíbles” acerca de comportamientos ilegales por parte de Huawei, incluidas transgresiones de las leyes de inmigración, soborno y corrupción, sobre la base de declaraciones de personas que trabajan o han trabajado para la firma.

 

Por su parte William Plummer, portavoz en Washington de Huawei, indicó en un mensaje que las sugerencias de que la empresa “es, de alguna forma, peculiarmente vulnerable a las actividades cibernéticas con mala intención… carecen de fundamento”.

 

Esas alegaciones, añadió Plummer, “ignoran las realidades técnicas y comerciales, amenazan irresponsablemente los empleos y la innovación estadunidenses, hacen nada para proteger la seguridad nacional y deberían exponerse como distracciones políticas peligrosas”.

 

Robers y Ruppersberger habían anunciado la investigación de las firmas chinas en noviembre pasado cuando citaron preocupaciones acerca de las incursiones chinas en los sistemas de telecomunicaciones estadunidenses y el robo de “propiedad intelectual”. EFE