Nueva York.  Una de las consecuencias más perniciosa de la lucha contra las drogas en México es la destrucción de las instituciones cruciales para una sociedad libre, como lo es la prensa, señaló Mary Anastasia O’Grady, en su editorial de hoy en The Wall Street Journal.

 

O’Grady apuntó en un editorial publicado este lunes que si la prensa es silenciada no sólo perjudica a aquellos que quieren hablar, sino también al público en general, que tiene derecho a la información.

 

El texto resaltó que decenas de periodistas han sido asesinados y empresas de medios han sufrido ataques en los últimos seis años.

 

Reseñó una serie de ataques perpetrados al diario mexicano El Norte de Monterrey (del grupo Reforma), con el que el Journal tiene relaciones comerciales, en los que hasta ahora nadie ha resultado herido, pero sin arrestos ni progresos en las investigaciones.

 

O’Grady detalló que llama la atención el momento en que ocurrieron los episodios violentos, ya que uno de los recientes ataques se realizó un día después de que El Norte informó sobre un presunto vínculo entre el Instituto de Control Vehicular (ICV) en el estado de Nuevo León y autos robados.

 

El artículo reportó que 175 mil juegos de placas desaparecieron del ICV y fuentes dentro de la agencia “señalaron que muchas de estas placas fueron utilizadas para legalizar autos robados o vehículos chuecos”, es decir, sin documentos e importados en forma ilegal.

 

Si esta información fuera cierta, la publicación estaba peligrosamente cerca de exponer una lucrativa organización criminal, según el editorial.

 

“La cantidad de autos robados en el estado aumentó 50 por ciento de 2010 a 2011, y el negocio de placas podría ser parte de un modus operandi más grande”, expresó O’Grady.

 

Según El Norte, la diferencia entre vender en México un auto robado y venderlo con una placa legal es en promedio de unos 190 mil pesos o 14 mil dólares.

 

Además, el editorial indicó que cinco años y medio después de que el presidente Felipe Calderón iniciara una amplia lucha contra el narcotráfico, el crimen organizado se ha propagado en México.

 

O’Grady indicó que cuando la prensa se atreve a exponer sus operaciones, recibe el trato que tuvo El Norte, o peor.

 

El Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal (CCSPJP), una organización no gubernamental que hace un seguimiento de las estadísticas de homicidio, halló que cinco de las 10 ciudades más violentas del mundo el año pasado estaban en México.

 

El consejo también ha informado que de las 50 ciudades más peligrosas del mundo en 2011, 40 se encontraban en América Latina.

p