El Instituto para la Cooperación en Seguridad del Hemisferio Occidental (Whinsec, por sus siglas en inglés) fue el sitio donde inicio  la capacitación a soldados y marinos por parte de especialistas estadunidenses, que brindan instrucción en tácticas antiterroristas, antinarcóticos, derechos humanos, análisis y contra análisis de la información, entre otras.

 

Si bien el arranque de esas acciones de cooperación bilateral, tuvo como sede lo que antes se conocía como Escuela de Las Américas, el proceso entre 2007 y lo que va de este año, ha continuado tanto en esa como en otras instalaciones de ese país, y en bases de las fuerzas armadas en México.

 

La instrucción impartida por integrantes de las fuerzas armadas de Estados Unidos alcanzó, entre 2007 y 2010, al menos a mil elementos de las secretarías de la Marina y de la Defensa Nacional, quienes después de la instrucción que reciben son parte de las acciones del combate contra el crimen organizado que se instrumentó en el gobierno del presidente Felipe Calderón, desde el inicio de su sexenio.

 

Los militares y marinos entrenados por sus homólogos en Estados Unidos, se han colocado como el segundo grupo más importante de alumnos de los países latinoamericanos, después de los militares Colombianos.

 

Y aunque las autoridades sólo lo confirmaron de forma extraoficial, Jess Hoods Garner  y Stan Dove Boss -atacados por policías federales la mañana del pasado viernes en la carretera a Cuernavaca-, ambos son capacitadores del personal de la Secretaría de Marina.

 

Cuando ocurrió el ataque, los estadunidenses se dirigían a un campo de entrenamiento de la Secretaría de Marina, ubicado en el cerro de El Capulín, en el municipio de Xalatlaco, según la confirmación hecha en un comunicado por la embajada, emitido la noche del pasado viernes.

 

Y fue justo esa representación diplomática, la que estableció que sus empleados fueron “emboscados” por policías federales, quienes dispararon en múltiples ocasiones contra el vehículo blindado en el cual viajaban, acompañados por un capitán de la Marina mexicana, de quien hasta ayer no se había revelado su identidad.

 

La postura del la embajada de Estados Unidos contrasta con la versión oficial difundida de forma conjunta por las secretarías de Marina y de Seguridad Pública Federal, en la cual sólo explican que los policías de la Secretaría de Seguridad Pública, se encontraron a los diplomáticos a bordo de una camioneta Toyota, placas BCM-242, que les mostraron las armas, y cuando el funcionario diplomático maniobró para alejarse de los agentes, les dispararon.

 

En el comunicado conjunto, precisan que el incidente se registró cuando la PF se “encontraba en la zona realizando labores de persecución del delito”.

 

Los impactos que dieron contra el vehículo lograron, pese al blindaje, herir a los empleados norteamericanos, quienes fueron internados en el Hospital Militar de Cuernavaca, y su estado de salud se reportaba como estable.

 

Además de los dos funcionarios de la embajada de Estados Unidos, que tienen heridas que no ponen en peligro su vida, el miembro de la Secretaría de Marina que viajaba con ellos en el vehículo con placas diplomáticas registra “contusiones leves”.

 

A su vez, la Procuraduría General de la República informó la noche del viernes, que agentes del Ministerio Público Federal, acompañados de peritos en balística, criminalística de campo, fotografía forense, dactiloscopía, ingeniería y arquitectura, entre otras especialidades, “continúa las diligencias para esclarecer los hechos”.

 

Entre estas diligencias, añadió la PGR en un comunicado, “se encuentran las declaraciones de 12 agentes de la Policía Federal puestos a disposición de la autoridad ministerial, pertenecientes a la Unidad Operativa de Seguridad Preventiva esa corporación, y de varios testigos de los hechos”.

 

Su situación legal estaba por definirse, para saber si se les arraiga o se les consigna por la responsabilidad de la agresión a los dos estadunidenses, y al mando de la Armada. La delegación de la PGR en Morelos, es la que se hizo cargo de la investigación.

 

 

Versiones diversas

 

La tarde-noche  del viernes circuló insistente una versión proveniente de la Policía Federal, sus agentes buscaban a los ladrones del vehículo del director del Museo de Antropología e Historia, “y como la camioneta era de color negro también y no hizo alto”, pensaron que era la de los presuntos ladrones y les dispararon.

 

Otra fue que el capitán de la Secretaría de Marina llevaba varias armas largas en el vehículo, y por eso los policías federales habían tratado de inspecionarlo.

 

La de los testigos que circulaban por la carretera libre a Cuernavaca, porque era la hora de llevar a sus hijos a la escuela, fue que vieron seis camionetas con policías federales, desde las cuales le disparaban a un vehículo.

 

Sobre el cordón de seguridad, se estableció que los marinos que eran parte de él, permanecían a fin de evitar que los policías federales alterarán la evidencia, porque uno de las versiones que también circuló fue que habían tratado de alterar la escena.

 

Es el tercer ataque 

 

Apenas en febrero del año pasado, dos agentes especiales del Servicio de Inmigración y Aduanas de los Estados Unidos, fueron baleados sobre la carretera México-Monterrey, en el tramo que cruza San Luis Potosí, por un grupo de presuntos sicarios. Uno de ellos murió.

 

El ataque en contra de esos agentes estadunidenses ocurrió el 15 de febrero, sobre esa ruta a la altura de la comunidad de El Toro, municipio de Santa María del Río, San Luis Potosí.

 

Las víctimas, que viajaban a bordo de una camioneta suburban con matrícula diplomática, BDN-062 SER-MD, fueron interceptados por hombres armados que asesinaron al agente Jaime Zapata, mientras su compañero Víctor Ávila, resultó herido.

 

Tras la agresión a estos agentes, el gobierno de Estados Unidos dio a conocer que se había conformado un grupo de investigación sobre el crimen y la agresión que sufrieron del cual era partícipe el Buró Federal de Investigación (FBI, por sus siglas en inglés).

 

El 23 de febrero de ese mismo año, la Secretaría de la Defensa Nacional dio a conocer que el Cartel de Los Zetas estaba detrás del ataque en mención, y presentó a un integrante de esa organización, como uno de los autores materiales del homicidio de Zapata.

 

Además, las autoridades de ese país giraron un alerta a sus ciudadanos, para que evitarán viajar a esa entidad.

 

Otra agresión contra personal diplomático de Estados Unidos, ocurrió el 14 de marzo cuando una empleada del Consulado Americano en Ciudad Juárez, fue acribillada junto con su esposo.

 

En esa ocasión, la Casa Blanca emitió un comunicado, en el cual señaló que el presidente Barack Obama, estaba indignado por el crimen y que su gobierno junto con el de México, llevarían ante la justicia a los responsables del doble homicidio.