Vaticano. El Papa Benedicto XVI instó hoy a detener toda violencia y esparcimiento de sangre en Siria, país del Medio Oriente que desde hace meses afronta una crisis social con enfrentamientos que han dejado decenas de muertos.

 

Tras rezar la oración del Angelus y bendecir a varios miles de peregrinos congregados en el patio de la residencia estiva del Vaticano, el pontífice expresó su preocupación por la realidad siria y pidió a la comunidad internacional impulsar la reconciliación.

 

“Continúo siguiendo con aprensión los trágicos y crecientes episodios de violencia en Siria con la triste secuencia de muertos y heridos, también entre los civiles, y un ingente número de desplazados internos y de refugiados en los países limítrofes”, dijo.

 

“Para ellos pido que sea garantizada la necesaria asistencia humanitaria y la ayuda solidaria. Al expresar mi cercanía a las poblaciones sufrientes y el recuerdo en la oración, renuevo un intenso llamado para que se ponga fin a toda violencia y esparcimiento de sangre”, agregó.

 

En un mensaje pronunciado en italiano, desde el balcón central del Palacio Apostólico de Castelgandolfo (a unos 25 kilómetros al sur de Roma) , el obispo de Roma llamó a realizar todo esfuerzo posible en vista de una adecuada solución política del conflicto.

 

“Pido a Dios la sabiduría del corazón, en particular para cuantos tienen mayores responsabilidades, para que no sea ahorrado esfuerzo alguno en la búsqueda de la paz, también de parte de la comunidad internacional, mediante el diálogo y la reconciliación”, apuntó.

 

Durante el mismo discurso recordó a la “querida población” de Irak, que en estos últimos días ha sido golpeada por numerosos y graves atentados que han provocado muertos y heridos.

 

Invocó a Dios para que este “gran país” pueda encontrar el camino de la estabilidad, de la reconciliación y de la paz.

 

Por otra parte el Papa también se solidarizó con los obreros del establecimiento industrial ILVA de Taranto (al sur de Italia), clausurado la semana pasada por no cumplir con las medidas sanitarias respectivas.

 

Joseph Ratzinger se dijo preocupado por las acciones de protesta perpetradas por los empleados, quienes bloquearon varias zonas de Taranto y se enfrentaron a las fuerzas de seguridad.

 

“Mientras aseguro mi oración y el sostén de la Iglesia, exhorto a todos al sentido de responsabilidad y animo a las instituciones nacionales y locales a cumplir todo esfuerzo para alcanzar una equitativa solución a la cuestión, que tutele sea el derecho a la salud, sea el derecho al trabajo, sobre todo en estos tiempos de crisis”, indicó.