Encuestadoras que calcularon una mayor ventaja entre el ganador de la elección presidencial y el segundo lugar explicaron y defendieron su trabajo.

 

Roy Campos, director de Consulta Mitofsky, que tuvo un error de nueve puntos, aseguró que la gran variación fue porque en los últimos cuatro días la elección se cerró.

 

“Tenemos que rechazar cualquier acusación de que los encuestadores lo hicieron adrede. Los encuestadores midieron algo, lo reportaron, y vino la elección, y para mí, se cerró”, explica.

 

Una de las explicaciones de Campos es que había un número de votantes que sin ser de izquierda votaron de último momento por López Obrador y que no estaban contemplados en las encuestas.

 

“Le podemos encontrar muchos motivos como que hay 2.3 millones de personas que votaron por Andrés Manuel y que no votaron por la izquierda ni pensaron votar por el PRD y en las encuestas no estaban captados. Tenemos otros millón y medio que anularon su voto por senador pero votaron por Andrés Manuel, esos no estaban captados en las encuestas. Al final se mueven las cosas”, afirma.

 

“Una de las encuestas que más error tuvo fue la Andrés Manuel y nadie está diciendo que se equivocó. Porque en el fondo esa no es la discusión, la discusión es que quieren que les digamos que las encuestas midieron tramposamente algo, y eso es falso”, dijo.

 

En cuanto a la petición de las izquierdas sobre una mayor regulación a las casas encuestadoras, aseguró que cada tres años aumenta la regulación y que esto sucede desde 1994.

 

Para Jorge Buendía, director de Buendía&Laredo, “es una irracionalidad pretender manipular los resultados de una encuesta, con el pasar de los días la verdad sale a flote y se pagan los costos”.

 

Aseguró que por un error cometido por cualquiera de las encuestadoras no se puede catalogar a todas por igual.

 

Sobre la posible regulación a las encuestadoras, Buendía afirmó que éstas ya se vienen dando.

 

Afirmó que las encuestas no favorecen en el voto hacia ningún personaje político ni influyen en el sufragio del ciudadano, ya que son los candidatos o partidos lo que se hacen propaganda con los resultados arrojados. “Lo último que queremos es dar explicaciones, preferimos recibir aplausos y no lo contrario”.

 

En tanto, Luis Oswaldo Valle, director de Con Estadística -empresa que hizo las encuestas para Radio Fórmula y dio 17.7% de ventaja a Peña-, explicó que la diferencia puede explicarse por la gran cantidad de los indecisos que hubo hasta el último momento.

 

El 18% de quienes no respondían, afirmó, se inclinó hacia López Obrador en lugar de hacerlo hacia Peña Nieto.

 

“Al final de la contienda hubo un movimiento anti-PRI pero también antisistema. Todos los que estaban en contra de cómo nos han gobernado, se acomodaron con quien pensaban que representaba un cambio, además de un voto útil”.

 

Si nos olvidamos de los números, dijo, “la película fue la correcta: Un candidato que comienza la contienda con una ventaja muy amplia; un candidato que muy mala imagen que hizo una muy buena campaña, que revirtió los puntos negativos, pero no le alcanzó. Y una candidata que empezó en segundo, saliendo muy fuerte, pero que se fue cayendo, que se inclinó por el ataque pero pagó el precio. Trabajamos con libertad, así nos salieron los estudios”.

 

Pese a este tipo de explicaciones, han surgido voces que piden mayor regulación a las encuestadoras. El perredista Carlos Navarrete dijo que es imposible que se equivoquen tanto y pidió que la nueva Legislatura federal se aboque a regular a estas empresas.