España está subestimando las pérdidas potenciales de sus bancos, al pasar por alto el costo de las hipotecas residenciales sin pagar, en un intento por evitar un rescate internacional como el que Irlanda necesitó para apuntalar su sistema financiero.

 

El gobierno ha pedido a los bancos a aumentar sus provisiones para deudas incobrables en 54 mil millones de euros a 166 mil millones de euros. Ese monto suficiente para cubrir las pérdidas de alrededor de 50% de los préstamos a desarrolladores inmobiliarios y constructoras, de acuerdo con el Banco de España. Sin embargo, no quedaría nada para los préstamos de casa y deuda empresarial por más de 1.4 billones de euros.

 

Tomando esos préstamos en cuenta, los bancos necesitarían aumentar las provisiones en hasta cinco veces lo que el gobierno dice, o 270 mil millones de euros, de acuerdo con cálculos del Centre for European Policy Studies, un grupo de investigación de Bruselas. Cubrir ese faltante aumentaría casi 50% la deuda pública en España, u obligaría al país a solicitar un rescate, como Irlanda, Grecia y Portugal.

 

“¿Cómo es posible hablar sobre un tipo de préstamos inmobiliarios cuando más y más préstamos están volviendo incobrables en todos los segmentos de la economía?”, dijo Patrick Lee, analista en Londres que cubre bancos españoles para Royal Bank of Canada. “Irlanda logró manejar su situación luego de reconocer pérdidas más agresivamente y por ende necesitó un rescate. No veo cómo España pueda salir adelante sin apoyo externo”.

 

España, que el 9 de mayo nacionalizó Bankia, el tercer banco más grande del país, se encuentra afectada por una recesión doble que ha elevado el desempleo a más de 24% y hecho que los costos del financiamiento suben al máximo nivel desde que el país adoptó el euro. A los inversionistas les preocupa que el país mediterráneo, la quinta economía de Europa con un sistema bancario seis veces más grande que el de Irlanda, pueda ser demasiado grande como para rescatarla.

 

En ambos países, los préstamos a los desarrolladores inmobiliarios resultaron ser los más tóxicos. Irlanda financió un banco de “préstamos malos” para sacarlos de los libros de los desarrolladores, lo que hizo necesario reducciones valorativas de 58%. El gobierno también requirió que los bancos captaran capital para cubrir lo que quedó, asumiendo pérdidas esperadas de 7% de las hipotecas residenciales, 15% de la deuda de pequeñas empresas y 4% de la de empresas grandes.

 

Los bancos de España encaran mayores riesgos de los que el gobierno ha reconocido, incluso con tasas de impago más bajas que las que Irlanda experimentó. Si las pérdidas llegan a 5% de las hipotecas en manos de bancos españoles, 8% de los préstamos a pequeñas empresas, 1.5% de los préstamos a empresas grandes y la mitad de la deuda a promotores inmobiliarios, el costo será de alrededor de 250 mil millones de euros. Esa cantidad es de tres veces los 86 mil millones de euros que los bancos nacionales de Irlanda rescatados por su gobierno han perdido debido a la caída en los precios de los inmuebles.

 

La calificadora Moody’s Investors Service dijo que espera que las pérdidas en los bancos españoles asciendan a 306 mil millones de euros. Centre for European Policy Studies dijo que el monto podría ser de hasta 380 mil millones de euros.

 

El Banco de España ha perdido su prestigio por no supervisar adecuadamente los bancos, dijo Joseph Durán i Lleida, líder del partido catalán Convergencia i Unio, que suele respaldar al gobierno del presidente Mariano Rajoy. El gobernador Miguel Ángel Fernández Ordóñez no necesita renunciar porque su mandato concluye en julio, dijo Durán.

 

Rajoy había evitado utilizar fondos públicos para apuntalar los bancos, luego de que su predecesor inyectó 15 mil millones de euros al sistema financiero. Sin embargo, suavizó su postura principios de la semana tras un informe del Fondo Monetario Internacional de que el país necesitaba sanear los balances de las instituciones débiles rápido y adecuadamente y que podría necesitar utilizar fondos del gobierno para hacerlo.

 

“Lo último que quiero hacer es prestar dinero público, como se ha hecho en el pasado, pero si fuera necesario para obtener el crédito necesario para salvar al sistema bancario español, no renunciaría a ellos”, dijo Rajoy en una entrevista de radio con Onda Cero el 7 de mayo.

 

Sin fuertes reducciones valorativas, los bancos de España no pueden tener acceso a financiamiento del mercado y el gobierno no puede convencer a los inversionistas de que sus instituciones de crédito puede sobrevivir en una economía en contracción, dijo Benjamin Hesse, que administra cinco fondos de acciones financieras para Fidelity Investments en Boston, que gestiona 1.6 billones de dólares.

 

Los bancos españoles tienen una “cartera de préstamos de 1.7 billones de euros, una de las más grandes del mundo, y ni siquiera han empezado a depreciarla”, dijo Hesse. “La burbuja de la vivienda tuvo el doble tamaño de la Estados Unidos en términos de los precios máximos con respecto a los precios de 1990. Es enorme y no hay salida para España”.

 

Los precios de las viviendas en España aumentaron a más del doble en una década, y han caído 30% desde el primer trimestre de 2008. Las casas en Estados Unidos, cuyo valor también se duplicó, se han abaratado 35%, mientras que los precios de las de Irlanda han bajado 49% después de subir 300%.