PARÍS. Los dos grandes rivales de las elecciones presidenciales francesas, Nicolas Sarkozy y François Hollande, dedicaron sus intervenciones a criticarse mutuamente y a llamar al voto útil para conseguir la primera plaza en la primera vuelta el próximo domingo.
Sarkozy se esforzó, en una entrevista en la cadena de televisión France 2, en advertir de los riesgos que tendría la llegada de los socialistas al poder, y para ello se refirió una vez más a los recortes que tienen que aplicar países como España.

 

“¿Acaso es por gusto que los españoles, que los portugueses, que los irlandeses, que los griegos han bajado las pensiones, han bajado los sueldos de los funcionarios?”, se preguntó retóricamente Sarkozy, antes de repetir que todo eso no ha sido necesario en Francia “porque hemos hecho esfuerzos”.

 

Denunció en particular la voluntad del candidato socialista de modificar la reforma del sistema de pensiones que él sacó adelante, así como la promesa de contratar a 60 mil personas para la educación, que contrapuso a sus esfuerzos para reducir el déficit y la deuda pública de Francia.

 

El jefe del Estado, a quien los últimos sondeos auguran como posible vencedor en la primera vuelta, pero que siguen dando como perdedor con diferencia en la segunda, el próximo 6 de mayo, se mostró muy satisfecho con el mitin multitudinario del domingo en la plaza de la Concordia de París, donde dijo haber reunido a 120 mil personas.

 

Hollande, en otra entrevista a la emisora de radio France Info, dijo que espera obtener tanto el voto de adhesión a su candidatura como el de “rechazo” a Sarkozy, porque “la sanción es legítima”.

 

También aseguró que no considera una amenaza al candidato del Frente de Izquierda, Jean-Luc Mélénchon, cuya intención de voto en las últimas semanas ha ido a la par de su propio descenso.

 

En cualquier caso, señaló que “hay que saber lo que se quiere”, que estos comicios son “para elegir al próximo presidente” y no para otra cosa.

 

Hollande reivindicó “el voto del cambio” e ironizó sobre la nueva posición de Sarkozy respecto al Banco Central Europeo (BCE): reclama una modificación de su papel, que se limita al control de la inflación, en favor del crecimiento económico.
“Ya era hora de que llegara la lucidez al término de su mandato”, comentó Hollande, antes de recordar que desde que se consensuó en diciembre el tratado europeo de estabilidad, él ha indicado que si llega al poder lo renegociará.

 

En su opinión, el tratado está incompleto porque únicamente establece disciplinas para recortar el déficit, pero sin acompañarlas de dispositivos para reactivar la economía.

 

El líder socialista francés cargó contra el BCE, porque “no estaríamos en esta situación si hubiera intervenido masivamente desde el comienzo del caso griego para comprar deudas soberanas”.

 

Sarkozy, que durante los últimos meses ha denunciado la intención de Hollande de renegociar el nuevo pacto europeo, entre otras cosas por la incertidumbre que eso generaba, ayer anunció que si sale reelegido propondrá que el BCE no se limite a su rol tradicional y actúe en favor del crecimiento.