Nunca una manzana fue más tentadora. Aunque el relato bíblico no menciona a la fruta universal, la tradición ha pintado a la manzana como aquel fruto prohibido que sedujo a Adán y a Eva más allá de sus fuerzas.

 

La tentación pudo más que la sensatez en aquel huerto del Edén en los albores de la humanidad.

 

Decenas de siglos después la mítica manzana sigue dando de qué hablar seduciendo a millones que caen en sus redes de tentación. ‘Apple’, la ‘empresa de la manzana’, se ha convertido en un ícono de la tecnología de nuestro tiempo; más aún, en un estilo de vida –‘techstyle’- al que aspiran millones de seres humanos en todo el globo.

 

Una seducción, mezcla de tecnología visionaria, mercadotecnia y una enorme aptitud para orientarse al consumidor, que hoy la han convertido en la empresa más valiosa del mundo, con brillo propio, sin ninguna sombra a su alrededor.

 

Apple vale poco más de medio billón de dólares -para ser exactos ayer se valuó en 505 mil 754 millones de dólares- según los inversionistas bursátiles que llevaron el precio de la acción a un récord de 542 dólares, lejos de aquellos 2 dólares ajustados a los que cotizó cuando se colocó en bolsa en 1980.

 

Sólo cuatro empresas en la historia de las bolsas de valores del mundo han alcanzado valor bursátil semejante: Microsoft, Exxon, General Electric y Cisco; aunque ninguna de ellas lo mantiene. El gigante del software de Bill Gates ha sido el único que tocó los 600 mil millones de dólares de valor bursátil aunque solo lo hizo por un corto tiempo durante el auge de las empresas tecnológicas en 1999. En este siglo solo la petrolera Exxon tuvo un valor similar al de la ‘empresa de la manzana’ que fundó Steve Jobs.

 

¿Espejismo o realidad? Lo cierto es que la tentación de Apple trasciende la muerte del genio que lo creó. La desaparición de Steve Jobs en lugar de depreciar el valor de la compañía la ha catapultado. Desde su fallecimiento el valor de la acción creció 44% al calor de las actualizaciones de los nuevosgadgets que Jobs inventó, como si el consumidor rindiera un tributo a quien revolucionó la tecnología en el mundo.

 

Medio billón de dólares se dice fácil pero esa riqueza acumulada es superior al PIB anual de países como Suecia, Bélgica, Taiwán, o Arabia Saudita. De ese tamaño es el poder económico que le conceden los inversionistas al fabricante del iPad 3 que será lanzado el próximo 7 de marzo con toda la pompa de una estrella. Quizá lo sea.

 

En 2011 las ventas de Apple crecieron 73% y su caja de efectivo, que llega a los 97 mil millones de dólares, tiene más dinero que las reservas internacionales de centenares de países en el mundo.

 

Por eso Apple es una tentación. No solo para los consumidores que están dispuestos a pasar noches en vela para estrenar uno de sus productos, sino también para los inversionistas que esperan llenarse los bolsillos con sus rentas y con sus dividendos.

 

Ayer la agencia Bloomberg calculó que la ‘empresa de la manzana’ podría repartir dividendos este año por más de 7 mil millones de dólares. Y cómo no, si tan solo en el primer trimestre del año fiscal 2012 sus cajas registradoras contabilizaron más de 16 mil millones de dólares en efectivo.

 

Nunca una manzana fue más tentadora. Solo el tiempo dirá si, como en el huerto del Edén, la tentación pudo más que la sensatez.

 

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