BRUSELAS. Los jefes de Estado y Gobierno de la Unión Europea (UE) iniciaron una cumbre que busca consolidar la disciplina presupuestaria pero poniendo a la vez un mayor énfasis en la promoción del crecimiento económico y del empleo.

 

“Debemos continuar reduciendo la deuda pública y estabilizando la eurozona, al mismo tiempo que aseguramos el crecimiento y el empleo”, afirmó el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, al abrir la reunión.

 

Van Rompuy explicó que en los últimos meses los Veintisiete “hemos hecho progresos considerables” para luchar contra la crisis, “pero no hemos llegado aún al final del camino”.

 

La reunión comenzó con casi media hora de retraso, después de que el presidente francés, Nicolas Sarkozy; la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente del Gobierno italiano, Mario Monti, llegaran tarde, juntos y sonrientes a la sala tras un encuentro previo, que supone la incorporación de este último al dúo al que los medios han bautizado como “Merkozy”.

 

La cumbre tiene previsto acordar el texto sobre un nuevo “pacto fiscal”, que consagrará la disciplina presupuestaria al limitar los déficit públicos al 0.5 % del PIB.

 

Todos los miembros de la UE menos el Reino Unido se adherirán a este pacto, que será firmado formalmente el próximo 1 de marzo, durante el próximo Consejo Europeo.

 

Pero con el desempleo a niveles históricamente altos en la UE y muchos de sus países miembros en recesión o a punto de estarlo, esta cumbre informal quiere discutir también formas de promover el crecimiento económico y la creación de empleo.

 

En este sentido, los líderes europeos prevén respaldar medidas destinadas a compaginar el ajuste fiscal con el crecimiento económico y la creación de empleo, entre las que destaca una redistribución de los fondos comunitarios disponibles para “crear mecanismos de apoyo” del empleo entre los menores de 25 años.

 

El borrador de la declaración que aprobarán los Veintisiete también incluye la creación de “planes nacionales de empleo”, cuya ejecución será supervisada desde Bruselas, y propone “explorar todas las vías posibles” para reducir la fiscalidad del trabajo y fomentar la contratación, entre otras medidas.

 

La primera ministra danesa, Helle Thorning-Schmidt, subrayó la necesidad de mantener unas cuentas públicas “equilibradas” y, al mismo tiempo, no olvidar el crecimiento y el empleo.

 

“Es posible hacer las dos cosas al mismo tiempo”, aseguró la socialdemócrata Thorning-Schimdt, quien recalcó que ambas ideas son “dos caras de la misma moneda”.

 

“Hay que tener disciplina y a la vez dar esperanza con un programa de relanzamiento económico”, señaló por su parte el primer ministro belga, el socialista Elio Di Rupo.

 

Los Veintisiete mantendrán también una discusión sobre la situación en Grecia, aunque será “limitada” ya que ese país no ha cerrado aún un acuerdo con la banca privada para una condonación de la deuda en manos de acreedores privados y tampoco está listo el próximo informe de la “troika” (FMI, BCE y Comisión Europa).

 

Ese informe puede ser muy importante, después de las informaciones publicadas el pasado fin de semana en Alemania acerca de que el segundo rescate alemán podría costar hasta 15 mil millones de euros más y de que Berlín haría que Grecia cediese el control sobre su presupuesto a un comisario nombrado por el Eurogrupo, que podría vetar decisiones gubernamentales y supervisar la aplicación de las medidas.

 

La idea ha sido rechazada de plano por el Gobierno griego, igual que por el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, quien consideró al llegar a la cumbre que “no es aceptable”.

 

“Me opongo fuertemente a la idea de imponer un comisario” nombrado por el Eurogrupo como ha propuesto Alemania en un documento distribuido la semana pasada a los gobiernos de la eurozona, señaló el primer ministro luxemburgués.

 

Por su parte, la canciller alemana, Angela Merkel, intentó quitar hierro a esa cuestión, al afirmar, nada más llegar a la cumbre, que no quiere generar una controversia. EFE