México debe aprovechar su condición de país sede del Grupo de los 20 (G-20) para introducir en la agenda el tema de la delincuencia organizada transnacional, recomendó el embajador emérito Andrés Rozental.

 

 

Al participar en el panel “La presidencia mexicana del Grupo de los 20” durante la XXIII Reunión de Embajadores y Cónsules de México, el diplomático señaló que ese fenómeno tiene efectos económicos perniciosos que se deben atender de manera global.

 

 

Entre ellos citó el lavado de dinero, la pérdida de competitividad de los países y la corrupción de autoridades, temas que deben ser abordados al más alto nivel, como es el caso del G-20.

 

 

Sostuvo que abordar ese tipo de temas que afectan a México y a otros países daría validez y justificaría el gasto enorme que significa ser sede de la cumbre.

 

 

También sugirió que el G-20, por ser un foro con nivel de jefes de Estado, escale sus decisiones a nivel político sin dejar su esencia económica, pues de lo contrario en cuanto se resuelva la crisis económica perderá su razón de ser.

 

 

El embajador Rozental señaló que, de igual forma, los jefes de Estado no deben involucrarse en discusiones técnicas, porque en general ninguno de ellos tiene formación de ese tipo.

 

 

Por el contrario, su papel debe ser que indiquen la voluntad política para que los técnicos discutan y tomen las decisiones correspondientes, aseveró.

 

 

Subrayó que durante la reunión de junio en Los Cabos “debemos evitar que pase lo ocurrido en Cannes, donde los mandatarios de Francia y Alemania monopolizaron la discusión para arreglar su problemita”.

 

 

En el mismo panel de discusión el ex primer ministro de Canadá, Paul Martin, se mostró optimista de que México logre consolidar una evolución positiva de la estabilidad financiera internacional durante la reunión de Los Cabos, Baja California.

 

 

Destacó que el G-20 es el foro internacional por excelencia donde participan países con diferente cultura, economía, política e historia, y es el responsable de crear un nuevo modelo económico internacional.

 

 

Expuso que debido a que el mundo unipolar ha muerto avanzan la multipolaridad, la globalización y la interdependencia de los países.

 

 

En ese sentido, apuntó, el reto del G-20 es hacer que la globalización funcione no sólo para resolver las crisis económicas de corto plazo, sino también para establecer un nuevo modelo de crecimiento económico.

 

 

Respecto a la estructura del propio grupo, consideró que hace falta hacerlo más eficiente e institucionalizarlo como un actor importante que, sin sustituir a organizaciones ya existentes, ayude a hacer más funcional el mundo.

 

 

Mencionó que el tamaño de las delegaciones que acuden es un indicativo de su eficacia, pues muchas veces algunas de las delegaciones son tan numerosas que nadie sabe realmente qué hacen sus integrantes, lo que disminuye su efectividad.

 

 

Paul Martin indicó que las estructuras financieras internacionales es uno de los temas más importantes para los países integrantes y lo mismo será el cambio climático dentro de unos cinco o seis años.