BERLÍN. La canciller alemana, Angela Merkel, recibió con reservas la propuesta del Consejo Asesor de Economistas del Gobierno Alemán, los llamados Cinco Sabios, de crear un pacto europeo de amortización de la deuda.

 

“He visto que ustedes proponen colectivizar las deudas que están por encima del 60 por ciento del PIB. Naturalmente lo estudiaremos, pero creo que hay una serie de problemas constitucionales y que se necesitarían muchas modificaciones de los tratados europeos”, dijo Merkel al recibir la propuesta otoñal de los sabios.

 

“En todo caso, sus informes siempre son un estímulo”, agregó la canciller en presencia de los cinco asesores, todos prestigiosos profesores universitarios.

 

En el informe los sabios, evitan usar el término “eurobonos” pero su propuesta está cerca de la idea de asumir una responsabilidad conjunta de la deuda europea.

 

El objetivo del pacto sería reducir la deuda de los países que participen en el mismo por debajo del 60 por ciento del PIB, contemplado como límite de referencia en el Pacto de Estabilidad.

 

Los países que participen en el pacto tendrían que fijar en su legislación nacional un freno a la deuda, similar al contemplado en las constituciones de Alemania y España, y establecer una senda vinculante de consolidación fiscal.

 

A cambio de ello, a los países se les abriría la posibilidad de financiar parte de su deuda a través de un fondo de amortización común que los miembros del pacto garantizarían conjuntamente.

 

 

Las deudas que superen el 60 por ciento del PIB se desplazarían al fondo de amortización conjunto que emitiría títulos por valor de 2.3 billones de dólares.

 

 

Italia será el principal participante del fondo, con un 41 por ciento, seguido por Alemania, con un 25 por ciento. Otros miembros importantes del pacto deberían ser Francia, Bélgica y España, señala la iniciativa de los Cinco Sabios.

 

A través de la senda de consolidación fiscal, los países del pacto se comprometerían a amortizar la parte de su deuda trasladada al fondo en un plazo de entre 20 y 25 años.

 

El fondo de amortización tendría que ser una institución limitada en el tiempo, que se aboliría en el momento en que los países redujeran sus deudas por debajo del 60 por ciento del PIB.

 

En caso de que un país abandonase la senda de consolidación fiscal, cesaría automáticamente la responsabilidad conjunta por nuevas deudas que asumiera.

 

Como garantías, los países miembros del pacto tendrían que ofrecer parte de sus reservas de divisas o de oro.

 

Además, parte de la recaudación de un impuesto nacional, que podría ser el IVA o el impuesto al ingreso, no debería ir a los presupuestos nacionales sino directamente al fondo de amortización. (EFE)